“Hemos querido que sus Majestades conozcan un itinerario modelo que muchos jóvenes del barrio siguen como camino a su inserción sociolaboral”, señala Antonio José Mengual, director de la Fundación Don Bosco para Sevilla y Extremadura. Desde la fundación han mostrado tres etapas de ese itinerario. Con la Escuela Prelaboral, en el marco de la Escuela de Segunda Oportunidad, atienden a jóvenes que han abandonado la educación reglada y que aún no cuentan con la capacitación o edad para insertarse en el mercado laboral. Con estos jóvenes se promueve la adquisición de hábitos y habilidades con acciones formativas de carácter pre-ocupacional. “Aquí los jóvenes adquieren conocimientos básicos de electricidad, carpintería, fontanería… Pero, lo más importante, es que descubran que a pesar de llevar a sus espaldas historias de fracaso escolar, son capaces de alcanzar sus sueños de futuro que pueden estar en el retorno educativo o la inserción laboral”, describe Carlos, educador de la escuela.
La segunda de las paradas puso su foco en un grupo de jóvenes que participan de una acción formativa de hostelería. Es la antesala a las prácticas no laborales y la puerta a un posible puesto de trabajo. “Nuestro itinerario trabaja empoderando a los jóvenes, capacitándolos y haciéndoles conscientes de sus posibilidades. Su éxito está en centrarse en la persona e ir de la mano del mundo empresarial” indica Mengual. Muestra de este trabajo son las más de 600 inserciones laborales que durante 2019 se lograron en el Centro Social Don Bosco y las más de 150 empresas que colaboran acogiendo prácticas no laborales e inserciones.
La visita concluyó con la “joya de la corona”. Occhiena, central de moda ética. Empresa social de la Fundación Don Bosco que trabaja para la incorporación de personas en situación de vulnerabilidad, especialmente mujeres, a los procesos de producción con la creación de empleo y sensibilizando a profesionales y empresas a trabajar dentro de los parámetros de la moda ética. Este momento posibilitó la entrega de unas mascarillas sanitarias personalizadas con el escudo de la Casa de su Majestad el Rey confeccionadas desde las instalaciones de la entidad. Allí estuvieron Moise y Blaise, jóvenes inmigrantes de los Pisos de Autonomía de la fundación, que desde que comenzó la pandemia realizan como voluntarios mascarillas que son repartidas entre las entidades sociales del barrio.
Los responsables de la fundación explicaron a sus Majestades que la situación de estado de alarma por el Covid-19 no paralizó los servicios de la Fundación Don Bosco. La entidad continuó trabajando, con tesón y esfuerzo, para seguir dando respuestas a los colectivos más vulnerables. Tener un contrato de trabajo es el sueño de miles de personas y la buena noticia, que la hay, es que en esos meses de confinamiento, en la Fundación Don Bosco en Sevilla el número de inserciones laborales fueron de 81.
Antonio Mengual, resalta que “en la Fundación Don Bosco en Sevilla estamos felices de poder seguir siendo referente para aquellos colectivos más vulnerables, para quienes más dificultades tienen, aquellas personas que más nos necesitan”. Por ello, en la pandemia, aunaron esfuerzos con entidades sociales y cocineros de la ciudad, para repartir 517 menús diariamente.
Cinco décadas al servicio de los más necesitados en el corazón del Polígono Sur
A inicios de la década de los ochenta, con motivo de la celebración del centenario de la llegada de los salesianos a España, se tuvo muy claro la necesidad de instalarse en el Polígono Sur para dar una respuesta con estilo salesiano: evangelizar educando y educar evangelizando.
Para entender la Obra salesiana «Jesús Obrero» hay que verla dentro de la realidad social de la zona donde está ubicada la parroquia. Las Tres Mil Viviendas, como se conoce al Polígono Sur, se configura como el cinturón de marginalidad y pobreza de una Sevilla que va viviendo ajena a la situación. Empobrecimiento de amplias capas de población, concentración de minorías étnicas en espacios concretos y comportamientos humanos que se van degenerando y lo va configurando ante la opinión pública como un lugar peligroso donde vivir y por donde pasar. Nada de eso se corresponde con una realidad en la que los Salesianos se encuentran insertos trabajando mano a mano con destinatarios preferentes para el estilo salesiano.
Es ahí donde los Salesianos ponen hoy el acento en busca de «la promoción de todas las personas y particularmente de los jóvenes, que están en en el ADN, para dar respuesta de futuro y de esperanza para la sociedad»
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