Desde ese momento no ha dejado de crecer y de extenderse por los cinco continentes, especialmente desde aquella primera expedición misionera a Argentina, de la que este año se cumplen 150 años, y siempre con un claro carisma educativo hacia los menores y jóvenes más desfavorecidos y un espíritu misionero evangelizador sin límites geográficos.
Don Bosco había tenido varios intentos de fundar una Sociedad para asegurarse la continuidad de su obra del Oratorio de Valdocco, que crecía día a día. Sin embargo, aunque ningún intento había llegado a concretarse, jamás desistió de su idea. En 1859, el 18 de diciembre, domingo, alrededor de las 9 de la mañana, logra por fin fundar la que sería la Congregación Salesiana bajo el nombre de Pía Sociedad de San Francisco de Sales.
El sueño de los 9 años, del que el año pasado se cumplieron 200 años, marcó la vida del pequeño Juan Bosco. Aunque tardó en interpretarlo y tan sólo su madre le creyó y lo animó, cuando comprendió lo que significaban los lobos, las ovejas y la mujer que brillaba junto a él, lo puso en práctica hasta el último aliento de su vida.
Cuando ingresó en el seminario de Turín Don Bosco empezó, con la aprobación de sus superiores, a reunir todos los domingos a un grupo de chiquillos abandonados de la ciudad en una especie de escuela y lugar de recreo al que llamó oratorio festivo.
Desde su fundación, la congregación creció rápidamente: en 1863 había 39 salesianos y a la muerte del fundador eran ya 768. En la actualidad, la Congregación Salesiana tiene presencia en 137 países de los cinco continentes.











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