El papa Francisco ha convocado, para el próximo mes de octubre, un Sínodo ordinario de Obispos con el tema “los jóvenes: la fe y el discernimiento vocacional”. La convocatoria de este nuevo Sínodo es un motivo de alegría para muchos educadores, especialmente, para la Familia Salesiana. No podemos olvidar que la vocación salesiana ha sido suscitada para los jóvenes.
Sínodo es nombre de Iglesia
El Concilio Vaticano II habló de la Iglesia como una comunidad creyente al servicio del mundo. En muchas de sus intervenciones, los padres conciliares pedían abrir cauces de corresponsabilidad y de participación en el gobierno de la Iglesia. Pablo VI, siguiendo su programa de aggionamento, quiso recuperar el Sínodo de Obispos, una institución conocida desde los primeros siglos de la Iglesia. Sobre su importancia en la Iglesia primitiva habla esta expresión de san Juan Crisóstomo: “Sínodo es nombre de Iglesia”.
La palabra Sínodo significa camino común, o viajar juntos. Al papa Francisco le gusta este “caminar juntos” de los pastores junto al resto del Pueblo santo de Dios. Por eso, no es extraño que el santo Padre vea en el Sínodo una ayuda fundamental en el proceso de reforma que él desea en la Iglesia del siglo XXI. “El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio” (Francisco). De hecho, el Papa está proponiendo variaciones muy concretas al proceso sinodal que generan frescura y hacen que esta asamblea sea un proceso vivo y participativo. Lo hemos visto en el Sínodo de la familia y lo estamos viendo en este Sínodo de los jóvenes.
Elección del tema del próximo Sínodo
El Sínodo es una institución permanente que se reúne en asambleas ordinarias, extraordinarias y continentales. En estas asambleas se estudian temas relativos a la misión de la Iglesia buscando fomentar la unión y la colaboración de los obispos de todo el mundo con la Sede Apostólica. Los criterios que se utilizan para concretar estos temas son la universalidad, la actualidad y urgencia, la relevancia pastoral y sólida base doctrinal, la ejecutividad.
¿Cómo se concretó el tema de este nuevo Sínodo? Una vez acabados los importantes Sínodos de la familia (fueron dos asambleas las que hablaron de la familia en el periodo de un año), la Secretaría General del Sínodo preguntó cuál podría ser el tema para la siguiente asamblea. Se propusieron estos cuatro: la formación de los sacerdotes, la pastoral juvenil, el diálogo interreligioso y la paz. Todas las propuestas eran muy interesantes, pero por su actualidad, urgencia, y relevancia pastoral se eligió el tema de los jóvenes. Esta elección es coherente con el programa del papa Francisco para la Iglesia y que encontramos en la exhortación Evangelii Gaudium (EG). Da la sensación de que el papa Francisco entiende que la familia y los jóvenes son aliados fundamentales en la renovación de la Iglesia.
El proceso Sinodal
Entendemos el Sínodo como un proceso. Todo Sínodo se desarrolla en una etapa previa, una asamblea, y una propuesta. Normalmente se siguen estos pasos: redacción de unos ‘lineamenta’, consulta al Pueblo santo de Dios, redacción del ‘instumentum laboris’, celebración de la asamblea sinodal, propuestas de los sinodales al Santo Padre, exhortación apostólica escrita por el santo Padre.
El Sínodo es un proceso de discernimiento. El discernimiento es una de las características que el papa Francisco está imprimiendo en la pastoral de la Iglesia. Nunca los agentes de pastoral hemos hablado tanto de discernimiento como en este momento. Este proceso de discernimiento empieza por la escucha.
Escuchar a los jóvenes
Una Iglesia sinodal es una Iglesia de la escucha. La Iglesia quiere escuchar a los jóvenes porque “escuchando sus aspiraciones podemos entrever el mundo del mañana que se aproxima y las vías que la Iglesia está llamada a recorrer” (Lineamenta). Por eso, la Secretaría del Sínodo ha enviado una encuesta donde han participado ya muchos jóvenes del mundo, y ha abierto una página web para que los jóvenes puedan escribir sus pareceres. El documento de los Lineamenta llega a afirmar que “es a los jóvenes a los que el Señor revela la solución mejor” (san Benito). ¿Será verdad que los jóvenes pueden ayudar a la Iglesia para ver qué le pide el Señor?
Koldo Gutiérrez, sdb
TESTIMONIO JUVENIL
Con luz LED: Transformarse para transformar
Llama la atención fijarse en la cantidad de tiempo que Don Bosco dedicó a su propia formación y a la de sus colaboradores. En sus primeros años como sacerdote no dudó en la necesidad de retirarse, de seguir formándose en Turín siguiendo el consejo de su director espiritual don Cafasso. No actuó a lo loco, sino todo lo contrario, hizo hasta un máster de la época, de tres años, en el prestigioso Convicto de Turín para sacerdotes recién ordenados.
Cuán reflejado me veo yo con ese Don Bosco joven hoy en día. Me llamo Javi, soy de Málaga, y vivo en Sevilla desde hace siete años, donde estoy acabando por fin mi carrera de ingeniería. Formo parte del Centro Juvenil Adelante, sobre todo en las tareas de educación en la fe. Si Dios quiere, el año que viene estaré haciendo un Máster probablemente fuera de España. Hoy en día, echando la vista atrás, me doy cuenta de cuánto trabajo me ha costado entender que para dedicarse a los jóvenes, primero tienes que dedicarte a ti, que para continuar el sueño de Don Bosco no puede uno lanzarse a lo loco, sino todo lo contrario, debe seguir en formación personal y espiritual toda la vida. En definitiva, que para construir el Reino de Dios en la Tierra tal y como nos pidió Jesús, hay que retirarse unos años para formarte y ser eficaz en esta tarea de cambiar nuestro mundo un poquito. Es decir: transformarte para poder transformar.
La Iglesia no es ajena a estos cambios que hoy en día vivimos. ¿Y qué respuestas nos da la Iglesia hoy en día a nosotros los jóvenes para encontrar Luz a estos cambios? Muchas, no me cabe duda, pero… ¿es el modo de transmitir esta Luz la idónea en los tiempos que corren? Eso quizás, es lo que yo espero que se sienten a debatir en unos meses los obispos en el Sínodo de los Jóvenes.
En definitiva, la Iglesia va a hacer un Máster en juventud, en el que está claro que la Luz seguirá siendo la misma, pero en vez de en un candil, quizás se presente en una bombilla LED, que gasta un poquito menos. En definitiva, transformarse para transformar participando de la gran misión en la que como cristianos estamos llamados: la construcción del Reino de Dios.
Francisco Javier Garrido Hernández
Animador CJ Adelante- Stma. Trinidad
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