Europa afronta este nuevo año con el mismo desafío que durante los más recientes: la crisis de los refugiados. Un problema sin resolver que representa la punta del iceberg de los movimientos demográficos. En el fondo, continúa el reto de la acogida y la adaptación de los inmigrantes. Son cuestiones que no le resultan ajenas a la Iglesia. Por ello, cada año se celebra la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado, que en esta ocasión tiene por lema ‘Acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados’.
Los Salesianos llevan muchos años asumiendo estos retos al amparo de su misión. Don Bosco mostró su preferencia por trabajar para los jóvenes más necesitados. Esto se ha traducido actualmente en dar respuestas a las necesidades de jóvenes migrantes y refugiados, así como de sus familias. Las Plataformas Sociales Salesianas atienden en España a más de 25.000 personas migrantes y refugiadas, gracias a 40 proyectos y con la ayuda de 60 profesionales y 200 voluntarios.
“Los tipos de proyectos que realizamos son proyectos educativos de aprendizaje de la lengua y la cultura; de apoyo a la regularización de la documentación y otros aspectos legales y jurídicos; de inserción laboral; hogares de acogida para MENAs (menores extranjeros no acompañados) y familias; apoyo psicológico; promoción de la no discriminación; fomento de la participación de las mujeres migrantes; promoción de hábitos saludables; y proyectos de parentalidad positiva”, explican desde la Coordinadora estatal de Plataformas Sociales Salesianas. Además, en este año se espera acoger a varios refugiados en casas salesianas de Madrid y Sevilla.
Acoger, proteger, promover e integrar
Es el lema de la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado de este año, pero también se corresponde con la atención que los Salesianos dan a estas personas. En varias ciudades de Galicia, el Programa Teranga hace honor a su nombre: significa ‘acogida-hospitalidad’ en wolof, una de las lenguas de Senegal. El proyecto “se dirige a personas y familias migrantes, en cualquier situación administrativa, con el fin de propiciar su inserción en la sociedad receptora para una mejor calidad de vida”. En la otra punta de España, en Cartagena, el Programa Alraso “busca facilitar la cualificación de las personas migrantes mediante la adquisición de competencias profesionales, de modo que les permita insertarse en el tejido industrial y socio-cultural de su entorno y les garantice una adecuada calidad de vida”. Son ejemplos de cómo se trabaja para que estas personas puedan tomar las riendas de su nueva vida.
Pero las Plataformas Sociales no son las únicas entidades salesianas volcadas en la atención a los migrantes y los refugiados. Las escuelas salesianas cuentan en la actualidad entre sus alumnos con más de 4000 niños y jóvenes procedentes de otros países. Una imagen de integración que también se observa en otros ambientes salesianos, como los centros juveniles y las parroquias.
De esta manera, los Salesianos trabajan para acoger, proteger, promover e integrar a los jóvenes migrantes y refugiados, así como a sus familias, para que puedan sentirse realmente como en casa.
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