Enero es un mes especialmente salesiano, y no solo porque acabe con la celebración de Don Bosco. Hasta seis personajes relacionados con la Familia Salesiana figuran en el santoral del primer mes del año.
El último en llegar ha sido el Beato Tito Zeman (1915-1969). La ceremonia de su beatificación tuvo lugar el 30 de septiembre del pasado año en Bratislava (Eslovaquia). Por ello, este 8 de enero de 2018 se ha celebrado por primera vez su memoria litúrgica. La fecha coincide con el ‘Dies Natalis’ del nuevo beato, asesinado por odio a la fe a los 54 años, un 8 de enero de 1969 en Vajnory, un suburbio de Bratislava, donde nació el 4 de enero de 1915. Este sacerdote salesiano eslovaco murió como mártir del comunismo por salvaguardar las vocaciones salesianas y tratar de ayudar a los sacerdotes perseguidos.
El 15 de enero se recuerda al Beato Luigi Variara (1875-1923), un salesiano misionero que vivió en Colombia durante 28 años, dedicándose a los leprosos del lazareto de Agua de Dios. Su vida quedó marcada desde el día en el que, siendo un niño aún, cruzó su mirada con la de Don Bosco en Valdocco. Pocos años después, se convirtió en salesiano y, tras un encuentro con el célebre misionero P. Unia, comenzó su misión en Agua de Dios. Su servicio de más de diez años en el lazareto dio grandes frutos espirituales; entre ellos, la fundación del Instituto de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, inicialmente formado por mujeres afectadas por la lepra o hijas de leprosos. Pasó sus últimos años alejado de Agua de Dios por obediencia religiosa.
Una semana después, el 22 de enero, se conmemora el día de la Beata Laura Vicuña (1891-1904), una alumna chilena de las Hijas de María Auxiliadora que entregó su vida por la conversión de su madre. Quedó huérfana de padre con tan solo dos años, mientras la familia permanecía refugiada lejos de la capital chilena por la revolución que había estallado en el país. Su madre, su hermana y ella emigraron a Argentina. En el camino, su madre, Doña Mercedes, se juntó en unión libre con Manuel Mora. Laura fue internada en el colegio de las Salesianas en Junín de los Andes. Poco a poco, con su maduración en la fe, descubrió la gravedad de la situación de su madre a ojos de Dios. Por ello, decidió entregar su vida al Señor por su salvación. Vio cumplido su sueño en el lecho de muerte, cuando su madre se arrepintió y prometió apartarse de Manuel Mora para vivir santamente.
Todos los días 24 la Familia Salesiana recuerda a María Auxiliadora. El de enero es doblemente especial, pues se celebra San Francisco de Sales (1567-1622), un santo del que era muy devoto Don Bosco y del que toma el nombre su obra. Nacido en una familia noble de Saboya, recibió una formación excelente en Derecho y Teología. Respondió a su vocación al sacerdocio y dedicó sus inicios en el servicio pastoral a los más pobres. Aunaba la preocupación por esta causa con la defensa de la formación de los feligreses. Mantuvo una vida sencilla y austera incluso en los años en los que ejerció como Obispo de Ginebra. En 1877 recibió el título de Doctor de la Iglesia por la eminencia de sus obras y por su vida ejemplar. Don Bosco lo tomó como guía de su obra por su dulzura y su caridad.
El 30 de enero se celebra el día del Beato Bronislao Markiewicz (1842-1912), religioso y sacerdote polaco fundador de las Congregaciones, masculina y femenina, de San Miguel Arcángel. Su encuentro con Don Bosco le llevó a ingresar en los Salesianos y a comprometerse en la atención a los niños y los jóvenes desamparados en una localidad de Polonia. Aunque tuvo que abandonar la Congregación, mantuvo siempre su compromiso con los más necesitados.
Y el 31 de enero, como colofón, la festividad de San Juan Bosco (1815-1888). Este sacerdote piamontés dedicó su vida al bien de los jóvenes. Fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (Salesianos de Don Bosco), cofundó con Santa María Mazzarello el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora (Salesianas) y sembró con el nacimiento de la Familia Salesiana el carisma de la educación y evangelización de los niños y los jóvenes, en especial los más necesitados. El papa Juan Pablo II lo nombró ‘Padre y Maestro de la juventud’.
0 comentarios