Desde 1981, año en que se celebraba la llegada de los salesianos a España, se tuvo muy claro la necesidad de instalarse en el Polígono Sur para dar una respuesta con estilo salesiano: evangelizar educando y educar evangelizando.
Para entender la Obra salesiana «Jesús Obrero», hay que verla dentro de la realidad social de la zona donde está ubicada la parroquia. Las Tres Mil Viviendas, como se conoce al Polígono Sur, se configura como el cinturón de marginalidad y pobreza de una Sevilla que va viviendo ajena a la situación. Empobrecimiento de amplias capas de población y lo va configurando ante la opinión pública como un lugar peligroso donde vivir y por donde pasar. Nada de eso se corresponde con una realidad en la que los Salesianos se encuentran insertos trabajando mano a mano con destinatarios preferentes para el estilo salesiano.
Es ahí donde los Salesianos ponen el acento desde los diversos ambientes y, especialmente desde el nacimiento del Centro Juvenil El Cotarro para dar respuestas. Desde que se inicia la labor se tiene muy claro que debe responder a las necesidades de la zona donde se ubica con estilo salesiano: evangelizar educando y educar evangelizando. El trabajo fundamental, pues, se centra en dar una respuesta integral, desde la prevención y promoción, a la infancia y juventud más desfavorecidas del barrio, mediante la acogida y el acompañamiento, la formación humana y trascendente, la orientación y la educación.
Desde un ambiente de vida joven y de experiencia cristiana, que se presenta como espacio de animación de la cultura juvenil y popular, y de proyección de un mayor compromiso en la vida personal, familiar, social y eclesial de sus miembros, desde la educación en el tiempo libre y fomentando la integración de los jóvenes a través de las diferentes actividades: deportes, talleres recreativos y formativos, grupos de fe, actividades culturales, excursiones y campamentos.
«El empeño que tenemos es dar una imagen del barrio que no corresponda con la que suele salir en la televisión», esa ha sido una de las consignas que se ha perseguido y que se hace realidad, como demostró el Premio Andaluz del Voluntariado 2014, en la modalidad de proyecto innovador, recibido por el Centro Juvenil El Cotarro.
Este grupo, que cuenta con un equipo de colaboradores que ha ido cambiando a lo largo de estas tres décadas, es una de las asociaciones de voluntarios que conviven bajo el paraguas de la parroquia de Jesús Obrero y su comunidad.
«El cardenal Bueno Monreal nos mandó echar aquí nuestras redes. Es una parroquia muy original en un barrio muy original. No lleva la sacramentalización y la catequesis como prioridad, sino que se dedica, sobre todo, a la promoción y la atención a la infancia y juventud, según la enseñanza de Don Bosco», comparten.
«¿Un deseo para el futuro? Que cada día sea más un Centro Juvenil Salesiano, dentro de la casa Salesiana Jesús Obrero, con un equipo de animadores muy preparado que sean educadores y evangelizadores al estilo de Don Bosco. Cada vez más integrado en el barrio y respondiendo a los problemas reales que plantean los niños, adolescentes y jóvenes y sus familias”, expresan.
0 comentarios