Coincidiendo con este mes de marzo, desde la Coordinadora Estatal de Plataformas Sociales Salesianas (CEPSS) hemos publicado en nuestra web el Observatorio de Migraciones, incluido en el proyecto de comunicación en Nuevas Narrativas, Déjame que Te Cuente. En concreto, la publicación relacionada con mujeres migrantes, pretende observar y analizar su situación para generar información relevante en relación a los discursos de odio; como situaciones de vulneración de derechos y de discriminación a la que se enfrentan.
En esta nueva publicación, las personas a las que estaba enfocada la recogida de datos cualitativa o la observación directa, eran las/os propias/os migrantes que se encuentran en nuestras entidades sociales salesianas, concretamente, jóvenes ex tutelados y ex tuteladas y mujeres migrantes. Y aquí, consideramos relevante, que las personas que debían definir(nos) quiénes eran o de que se trataban estos perfiles, eran las/os profesionales de estas entidades, a partir de su experiencia laboral y personal. ¿Quiénes mejor que las personas que llevan años acompañando historias de vida difíciles a la par que resilientes, para acercarnos un poquito más a ellos/as?
Como hemos podido comprobar a lo largo del año 2022, definir social y teóricamente a estos grupos sociales (o a otros) es complejo, pues nos podemos encontrar con diferentes versiones en función del contexto donde se realice la pregunta; solo tenemos que tratar de darles un sentido y un orden que encaje con las necesidades y metas.
Pues dicho y hecho. Diseñamos una ficha analítica que pasamos a los/as profesionales, en clave de nuevas narrativas con el objetivo de conocer el punto de vista de los/as profesionales, es decir, desde dónde se situaban a la hora de acompañar a jóvenes y mujeres migrantes. A través de la definición de las siguientes categorías, podríamos comenzar a diseñar un plan de acción sobre cómo afrontar y dirigir las entrevistas semi estructuradas, y poder contrastar el impacto que tienen en los jóvenes y mujeres y cómo lo percibimos desde la realidad del tercer sector
- Fortaleza: definida como las herramientas e instrumentos personales y colectivos que una persona pone en funcionamiento ante una situación determinada que le causa malestar físico y/o emocional, preguntábamos que destacaban positivamente de jóvenes y mujeres migrantes así como de la comunidad a la que pertenecían.
- Agencia: definida como la capacidad de una persona a la hora de tomar decisiones, o en este caso, hasta qué punto favorecemos y facilitamos sus competencias y habilidades, apoyando el desarrollo de su autonomía personal y colectiva.
- Participación: y por último, como estos dos elementos anteriores, se conjugan en la puesta en marcha de habilidad aprehendidas en los proyectos de intervención en los que jóvenes y mujeres participan, y que nos aportan desde su experiencia y resiliencia.
A través de nuestra experiencia en investigación y acompañamiento a personas migrantes en situación de vulnerabilidad, y la mirada holística que nos brinda trabajar desde la horizontalidad y la participación activa y empoderamiento, pusimos mucho cuidado para evitar la contaminación de los puntos de vista etnocéntrico por medio de perspectivas que nos ayudaban a no perder el horizonte (de género, interseccional y transnacional) y situarnos en lo que realmente era importante: la voz y mirada de los/as jóvenes ex tutelados/as y mujeres migrantes y cómo ellos y ellas se pueden convertir en agentes de cambio frente a los discursos de odio. Una vez definido que entendíamos por discurso de odio y situada la alternativa, involucrado a los/as profesionales en la fase inicial de diseño del proyecto, y definido cuáles eran aquellos elementos que consideramos importantes y necesarios poner en valor, nada podía salir mal, ¿no?
Pues efectivamente, nada salió mal, en ese momento comenzó el camino- hacia afuera- del Observatorio de Migraciones. Os dejamos el análisis y las experiencias recogidas.
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