Cerrado por guerra

21 marzo 2018

Seguramente muchos de nosotros hemos visto carteles en comercios o entidades comerciales diciendo: “Cerrado por defunción, o cerrado por vacaciones, o descanso del personal”, por eso, me ha llamado mucho la atención un cartel que decía: “cerrado por guerra”. Este cartel, lógicamente, no lo he visto en ninguno de nuestros establecimientos comerciales, sino en Siria, en Damasco, en una foto de la puerta del Oratorio Salesiano.

Hace un mes, más o menos, hemos visto imágenes escalofriantes de niños y civiles heridos, con la desesperación reflejada en sus caras, huyendo de los bombardeos que golpean barrios, carreteras y áreas enteras de la capital.

Los salesianos, presentes en este país desde 1948, tienen un floreciente Oratorio en Damasco. En él dan cobijo, educación y múltiples actividades asistenciales, religiosas, culturales y recreativas a cientos de niños sirios, que están viviendo muy duramente en medio de esta guerra que se inició en 2011, como protesta por el alto desempleo, la corrupción y la falta de libertad política y la represión. Ante esta situación los salesianos han decidido colgar el cartel de “cerrado por guerra” a las puertas de su centro, para salvaguardar la vida y dar seguridad  a los niños y jóvenes que allí acuden.

Es complicado analizar esta guerra que es como un puzle muy difícil de entender para nosotros desde aquí, pero sí podemos reflexionar y manifestar nuestra protesta y solidaridad ante la indefensión de tantas familias que no han podido o querido marcharse y que son víctimas de la violencia de una guerra absurda, como casi todas. Otros han decidido quedarse y estar al lado de los más desasistidos para ofrecerles cariño, cercanía, ayuda y seguridad y estos son, entre otros, los salesianos y animadores del Oratorio de Damasco.

El P. Mounir, director del Oratorio ha levantado su voz para ponernos en alerta sobre un aspecto fundamental de esta guerra: la manipulación de la información por parte de muchos medios de comunicación en Occidente. Reconoce que el gobierno sirio no es un gobierno “ni de santos ni de ángeles”, pero que, en este conflicto ha tomado parte por la mayoría del pueblo de Siria que sufre. “Quiero romper el silencio absoluto que rodea la tragedia que está experimentado el pueblo sirio. Ponemos nuestra confianza en ustedes, amigos, en este tiempo de Cuaresma, tiempo de oración y retorno a nuestro Padre Dios. Que el sol de la resurrección toque los corazones de los poderosos y devuelva la paz a esta tierra atormentada. Continuamos apoyando a las familias necesitadas”. Vaya para él y por todos los que allí están ayudando a los demás,  mi reconocimiento y admiración por su generosidad y entrega.

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