El albergue salesiano de Mataelpino en Madrid ha acogido entre el 30 de noviembre y 1 de diciembre el segundo encuentro del curso de la propuesta del Voluntariado Misionero Salesiano de la inspectoría Salesianos Santiago el Mayor (SSM) en colaboración con Misiones Salesianas y la ONG Jóvenes y Desarrollo.
Experiencias de vida para voluntariado de corta estancia
Este segundo encuentro va dirigido exclusivamente a todos aquellos voluntarios que están preparándose para el destino del verano 2025 (VMS25). Un total de 42 personas han participado en la formación, la mayoría de ellas procedentes de obras salesianas de Salesianos SSM.
La formación se vivió en dos escenarios diferentes, por una parte, el sábado por la mañana en el Museo de Misiones Salesianas donde Paloma Montero, responsable del área de transformación, junto a su equipo, preparó una potente propuesta formativa.
Apoyándose en la exposición del museo, «Niños esclavos. La puerta de atrás». José Alberto Medina, del área de transformación de Misiones Salesianas, relató su experiencia para llegar a España e invitó a los presentes, como Voluntarios Misioneros Salesianos (VMS), a «situarse con humildad en los zapatos del otro».
En la segunda parte de la mañana, Thimbo Samb, joven actor senegalés llegado a España en patera hace unos años, escenifico esa llegada: una historia de superación, esfuerzo, rechazo, lágrimas… pero en todo momento orientada hacia la necesaria ayuda y convivencia de unos con otros: «Los que vayan a África, a mi país, serán bienvenidos si van con el simple deseo de ayudar y ser uno más», explicaba.
Formación compartida sobre voluntariado transformador
Ya por la tarde del sábado y el domingo por la mañana, en Mataelpino, el equipo de formación de voluntarios desarrolló los diferentes módulos formativos previstos en este primer encuentro: «El voluntario: dimensión antropológica y moral», «El Voluntario: vocación y misión» y “La vivencia en terreno: hacia un voluntariado transformador».
Acompañando el proceso, 3 voluntarias del curso anterior compartieron su experiencia en Nigeria y Venezuela. Los tiempos de oración, convivencia y la eucaristía… completaron las jornadas.
«Todo ello en un ambiente familiar, como no puede ser de otra manera, un ambiente salesiano. Compartiendo mesa en torno a una paella valenciana hecha por un voluntario procedente de esa tierra y en torno a las “Pizzas Mamá Margarita” que hicieron las delicias de los participantes», completa José Carlos Sobejano, coordinación de Animación Misionera en Salesianos Santiago el Mayor.
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