En esta ocasión, para la 59 Jornada, el Papa Francisco se dirige a los periodistas y comunicadores animando que sean valientes con su compromiso de evitar la desinformación y la polarización y poner en el centro de su labor la responsabilidad pastoral y colectiva hacia el prójimo.
«Pensando en el Jubileo que celebramos este año como un período de gracia en un tiempo tan turbulento, quisiera con este Mensaje invitarlos a ser comunicadores de esperanza, comenzando por una renovación de su trabajo y misión según el espíritu del Evangelio», afirma el pontífice.
Cuatro puntos destacan en su propuesta:
1.- Desarmar la comunicación
«Hoy en día, con mucha frecuencia la comunicación no genera esperanza, sino miedo y desesperación, prejuicio y rencor, fanatismo e incluso odio. Muchas veces se simplifica la realidad para suscitar reacciones instintivas; se usa la palabra como un puñal; se utiliza incluso informaciones falsas o deformadas hábilmente para lanzar mensajes destinados a incitar los ánimos, a provocar, a herir. Ya he afirmado en varias ocasiones la necesidad de “desarmar” la comunicación, de purificarla de la agresividad»
Afirma que hay que caminar para ir en contra de la “dispersión programada de la atención”. Ofreciendo ideas, reflexiones y propuestas que todo comunicador, y creador de contenidos en redes, debería tener en cuenta.
2.- Dar razón con mansedumbre de la esperanza que hay en nosotros
Comienza este punto haciendo referencia a la Palabra: «en la Primera carta de Pedro (cf. 3,15-16) encontramos una síntesis admirable donde la esperanza se pone en relación con el testimonio y con la comunicación cristiana: “Glorifiquen en sus corazones a Cristo, el Señor. Estén siempre dispuestos a defenderse delante de cualquiera que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen. Pero háganlo con delicadeza y respeto”. Y analiza los tres mensajes que ofrece esta afirmación: en primer lugar afirman que el rostro de Señor resucitado como la esperanza de los cristianos, en segundo lugar propone a los cristianos estar preparados para dar razón de esa esperanza y en el tercer punto define cómo le gustaría que fuera la comunicación:
«Sueño con una comunicación que no venda ilusiones o temores, sino que sea capaz de dar razones para esperar. Martin Luther King dijo: “Si puedo ayudar a alguien al pasar, si puedo alegrar a alguien con una palabra o una canción, […] entonces mi vida no habrá sido en vano” Para hacer esto debemos sanar de las “enfermedades” del protagonismo y de la autorreferencialidad, evitar el riesgo de discursos inútiles. Lo que logra el buen comunicador es que quien escucha, lee o mira pueda participar, pueda sentirse incluido, pueda encontrar la mejor parte de sí mismo y entrar con estas actitudes en las historias narradas. Comunicar de esa manera ayuda a convertirse en “peregrinos de esperanza”, como dice el lema del Jubileo»
3. Esperar juntos
En este punto el Papá anima a descubrir y a contar las numerosas historias de bien escondidas entre los pliegues de la crónica; a imitar a los buscadores de oro, que tamizan incansablemente la arena en busca de la minúscula pepita. «Es hermoso encontrar estas semillas de esperanza y darlas a conocer. Ayuda al mundo a ser un poco menos sordo al grito de los últimos, un poco menos indiferente, un poco menos cerrado».
4.- No olvidar el corazón
Cierra su propuesta solicitando a los comunicadores ser mansos y no olvidar nunca el rostro del otro; hablar al corazón de las mujeres y los hombres a cuyo servicio está dirigido su trabajo.
Para, como él mismo afirma: «Contar historias llenas de esperanza, teniendo en cuenta nuestro destino común y escribiendo juntos la historia de nuestro futuro».
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