Uno de cada cinco niños y niñas en el mundo vive en contextos de guerra. Es el caso de Irena (Ucrania) o de Zeida (Siria). Ambas son ejemplo de resiliencia en realidades de violencia. Irena, de 10 años, está acostumbrada a las sirenas antiaéreas y a refugiarse siempre que suenan en el búnker de la escuela salesiana a la que acude cada día. “En el colegio me siento segura y quiero seguir yendo al colegio”, explica la niña.
Zeida, que también conoce la guerra, cuenta que tras la caída del régimen de Al Asad, “llevo algunas semanas sin ir al colegio y con miedo por lo que vaya a pasar, pero quiero volver a encontrarme con mis amigos en el centro salesiano. Allí aprendemos, jugamos…”
Son testimonios que nos hablan de la importancia de educación en emergencias. “Las escuelas en los conflictos no sólo cumplen con su función de enseñanza de habilidades y capacidades, también son lugares donde los niños y niñas se sienten seguros, juegan, se relacionan… Son espacios de protección”, explica Luis Manuel Moral, director de Misiones Salesianas.
Educación Salesiana en ls cinco continentes
La educación es la mejor herramienta para romper con el círculo de la pobreza. «Creemos que la educación debe ser de calidad y para todos y todas. Las escuelas son un lugar de educación integral donde los niños, niñas y jóvenes no sólo aprenden a leer y a escribir también aprenden hábitos saludables y de higiene, valores que les permiten convertirse en ciudadanos responsables y críticos y convertirse en agentes de cambio en sus comunidades», explican desde la entidad.
Desde Misiones Salesianas, junto a los misioneros salesianos, en 2024 se han destinado cerca de 2,7 millones de euros a 93 proyectos educativos en 37 países y se ha conseguido que 81.000 niños y niñas hayan conseguido cambiar su futuro.
Nuevas aulas, material educativo, formación del profesorado, acondicionamiento de las instalaciones, herramientas y máquinas para la enseñanza profesional, material informático y tecnológico, becas de estudio y de comedor para los menores más desfavorecidos… son algunos de los objetivos logrados gracias a estos proyectos en los últimos 24 meses.
Casi 2,3 millones de niños, niñas y jóvenes reciben educación en los centros salesianos de los cinco continentes y conocen el poder que tienen los libros y los lapiceros para transformar el mundo. Gracias a esa enseñanza de calidad son jóvenes que miran al futuro con esperanza y que se convierten en los protagonistas de sus vidas.
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