Gracias a la solidaridad de las delegaciones de Bosco Global y de muchas casas salesianas que apoyan su trabajo, es posible que los proyectos de cooperación, educación y voluntariado sigan siendo una realidad, manteniendo vivo el sueño de Don Bosco en el mundo, especialmente con la infancia y juventud en situación de más vulnerabilidad.
Un ejemplo de este trabajo incansable es el de Entarachen-Bosco Global, muy implantada en la ciudad desde hace más de dos décadas y que consigue movilizar la solidaridad de miles de ciudadanos y empresas en su territorio.
Gran apoyo del club de montaña Javieres de Huesca
El club de montaña Javieres, nacido del grupo de la Javierada de los Salesianos de Huesca, entregó el pasado fin de semana a la oenegé Entarachen-Bosco Global los fondos recaudados en sus distintas actividades, que han ascendido este año a 17.354 euros.
Más allá del importe recogido, la colaboración entre ambos grupos se traduce en una nutrida propuesta de actividades que combinan el cuidado y cariño al medio natural, la promoción y educación en un estilo de vida saludable, la práctica deportiva en familia, «y la solidaridad como elemento transversal y enriquecedor de las actividades montañeras», señalan.
Entre ellas destacan el Huevo Frito Solidario que se realiza en los entrenos de la peregrinación a Javier, a finales de enero; la Marcha Nueno-Etiopía, ya en el mes de marzo; o la venta de lotería de Navidad del club.
El donativo del Club Javieres de Montaña supone un aporte fundamental en la campaña Luces por Etiopía que desarrolla Entarachen-Bosco Global desde hace casi dos décadas. Como objetivo preferente de esta campaña figura el apoyo al Centro Juvenil Don Bosco del barrio de Mekanissa, en Addis Abeba, capital de Etiopía.
A este centro de día acuden cada día más de 350 niños y niñas de familias en situación de exclusión social severa, de la periferia de la capital etíope. Allí, siguiendo el ejemplo del primer oratorio de Valdocco de San Juan Bosco, se les facilita el acceso a la educación, una nutrición adecuada, y actividades de ocio y tiempo libre, en una propuesta de acompañamiento educativo cercano y salesiano que cubre desde los dos años hasta la mayoría de edad. La labor del centro complementa y apoya la crianza de estos hijos e hijas de las familias más pobres de esta periferia africana.
El apoyo que cada año se consigue hacer llegar desde Entarachen-Bosco Global permite la continuidad de la labor educativa, «que se traduce en proyectos de vida realizados exitosamente y en la garantía real de oportunidades para todos y todas», valoran.
La entrega del donativo se realizó en el marco de la cena anual del club de montaña, contando con la presencia del equipo directivo, de Maite Aznárez en representación de Entarachen-Bosco Global, y de José Iriarte, de la casa salesiana de Huesca.
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