Emilio Alberich Sotomayor, salesiano sacerdote (1933-2022)

9 septiembre 2022

Secretario Inspectorial SMX

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Tenía 89 años de edad, y había cumplido los 73 de salesiano y los 62 de sacerdote.

La Inspectoría Salesiana María Auxiliadora comunica que, hacia las 6:00 de hoy viernes 9 de septiembre de 2022, ha fallecido en nuestra Residencia Don Pedro Ricaldone de Sevilla, nuestro querido hermano salesiano sacerdote don Emilio Alberich Sotomayor. Hace unos días se agravó seriamente su estado de salud, ya deteriorado desde hace muchos años. Tenía 89 años de edad, y había cumplido los 73 de salesiano y los 62 de sacerdote.

El funeral se celebra el sábado 10, a las 11:30, en la Basílica de María Auxiliadora de Sevilla. Posteriormente, sus restos mortales serán incinerados.

Emilio nació en Algeciras (Cádiz), el 16 de enero de 1933. Hizo el noviciado en San José del Valle, donde profesó el 16 de agosto de 1949. Después de un año de estudiante en Utrera-Consolación (1949-50), pasó a Turín-Rebaudengo, alcanzando la Licenciatura en Filosofía (1950-1953). El tirocinio lo realizó en Utrera (1953-56), y los estudios de Teología hasta el Doctorado, en Turín (1956-62). Recibió la ordenación sacerdotal en Turín, el 11 de febrero de 1960, de manos del cardenal Fossati.

Desde entonces, ha venido desarrollando su labor pastoral en Posadas (1962-63) y en Sanlúcar la Mayor (1963-64), como profesor de Teología; en Roma-UPS (1963-2005) como profesor de Catequética en la Facultad de Ciencias de la Educación, siendo Director del Instituto de Catequética de 1974 a 1977 y de 1986 a 1989, y Decano de dicha facultad, de 1989 a 1995; siguió en Sevilla-Teologado (2005-12), y en Sevilla-Trinidad durante estos últimos diez años.

Fue Presidente del “Équipe Européene de Catéchèse” (1974-78 y 1994-98) y en 2007 fue nombrado Presidente de la Asociación Española de Catequetas.

Recordaremos a don Emilio por su humildad, sencillez y afabilidad. Ha sido un buen salesiano y un buen hermano de comunidad que se hacía querer. Piadoso, muy inteligente y muy trabajador.

Que el Señor Resucitado lo reciba en su Reino, entre todos aquellos que han entregado su vida a la misión salesiana, que nuestro padre Don Bosco lo acompañe, y que María Auxiliadora, a la que tanto amó, lo acoja con el cariño de Buena Madre del cielo.

Que descanse en paz.

 

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