El domingo 17 de diciembre de 2023, Tercer Domingo de Adviento, fue un día de celebración para la Basílica menor de Santa María Auxiliadora en Roma, con motivo de la toma de posesión de la diaconía asignada al Cardenal Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de los Salesianos de Don Bosco. En una celebración sobria y compuesta, al mismo tiempo genuina y llena de entusiasmo, el Cardenal entregó a los fieles un mensaje lleno de confianza en Dios.

«Habiendo considerado apropiado incluir al Colegio Cardenalicio a ti, amado hijo, dotado con excelentes cualidades y merecedor de la Iglesia, en este Consistorio, en virtud de nuestro poder apostólico, te nombramos Cardenal Diácono, con todos los derechos y deberes propios de tu orden, asignándote en esta alma Ciudad el notable templo de Santa María Auxiliadora en Via Tuscolana, cuyo Rector y Clero, junto con cuantos están a ellos adscritos, exhortamos paternalmente para que cuando tomes posesión, te reciban con alegría y te honren con devota reverencia. Además, mientras nos regocijamos sinceramente contigo, porque elegido en el senado de la Iglesia Católica podrás asistirnos en los asuntos de supremo interés y honrar a la Sede Romana, rogamos al Dios sumamente bondadoso que desee enriquecerte con sus dones y confirmarte con su gracia y ayuda», fue el mensaje que el Santo Padre Francisco había entregado el pasado 30 de septiembre al Rector Mayor de los Salesianos, y del cual se leyó al inicio de la celebración, justo después de los primeros ritos iniciales.

Una celebración rica en símbolos y gestos significativos desde el principio: previamente, ya en la entrada, el Rector Mayor había ingresado por la nave central de la iglesia bendiciendo a la multitud con agua bendita y luego se había detenido algunos momentos de rodillas frente al sagrario.

La basílica que lo recibió estaba llena de fieles, feligreses, miembros de varios grupos de la Familia Salesiana, y sobre todo muchos niños, adolescentes y jóvenes, que participaron con atención en la celebración y animaron de diversas maneras la ceremonia, ya sea en el servicio del altar, en el coro, o en otras funciones litúrgicas necesarias.

Junto a él concelebrando la Misa de la Alegría en Adviento, había varias decenas de salesianos: los miembros de la comunidad parroquial, liderados por el párroco, don Valerio Baresi; otros salesianos provenientes de las comunidades de Roma, y el Superior de la Circunscripción Especial de Italia Central, don Stefano Aspettati.

Palabras de Cardenal

A lo largo de la Misa, un Cardenal Fernández Artime sonriente y sereno, visiblemente cómodo en una iglesia salesiana impregnada del carisma de Don Bosco adoptado por toda la comunidad educativo-pastoral, ofreció el pensamiento de la homilía, agradeciendo por la acogida recibida y agregando: «Nunca hubiera pensado, cuando visité esta hermosa Basílica hace algunos años, que hoy estaría aquí en medio de vosotros para prestar este servicio. Pero creemos en nuestra fe que Dios es impredecible: y esta es la experiencia de todos nosotros, creyentes. Y estoy realmente feliz de estar aquí».

Luego destacó sentirse «como en casa» entre sus hermanos salesianos y miembros de la Familia Salesiana, elogiando el compromiso de todos «a servir a la Iglesia donde quiera que nos encontremos, en cualquier parte del mundo».

Abordando luego el tema de la liturgia del día, el X Sucesor de Don Bosco agregó: «Hoy celebramos el Domingo de la Alegría, y la Palabra es esta: me regocijo plenamente en el Señor. Estamos cerca del evento de la encarnación del Hijo de Dios» y «Navidad significa Dios con nosotros, Dios en medio de nosotros» y por lo tanto «debemos testimoniar, con nuestro estilo de vida (…) que Dios está con nosotros» y darnos cuenta de que «estamos felices porque Dios llena nuestra vida».

Y sobre el tema del testimonio, especificó que no se trata de grandes proyectos, sino más bien de «testimoniar con sencillez que Dios está presente en nuestro corazón y en nuestra vida», recordando que «las palabras duran poco, pero el testimonio toca el corazón».

La mañana de celebración concluyó con un momento de ágape fraterno al que se invitó a toda la comunidad parroquial.