¿Estoy dejando de ser joven?

Aprendiendo a Vivir

14 julio 2022

Pablo López

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“Esta juventud entusiasta es bella. Tiene razón, pero, aunque estuviera equivocada, la amaríamos” (José Martí).

Ayer quedé con mis chavales del centro juvenil. Llevo nueve años siendo animador y, en los últimos siete, he compartido el camino con estas personas. Ayer quedamos porque han terminado ‘selectividad’ y, por tanto, Bachillerato.

Estuvimos un buen rato hablando sobre los planes que tenían en verano, sobre lo que querían estudiar, sobre los miedos de volver a empezar, sobre equivocarse, sobre dedicarte a lo que te gusta, sobre las fiestas, sobre conseguir lo que te propones…  Y me di cuenta que hace menos de diez años, yo también era así.

Desde entonces he estado reflexionando todo lo que he cambiado desde que acabé ‘selectividad’; mi enfoque, lo que quería ser, quiénes me acompañaban… Y, bueno, ha sido un viaje curioso. Y es que creo que está bien volver atrás de vez en cuando, recuperar eso que sentías, recordar esos pensamientos idealistas de tu adolescencia y darte cuenta de que, aunque seguramente no tenías ni idea de lo que venía, pensabas que tenías todo clarísimo.

Generaciones futuras

Es lo que más disfruto de ser monitor. Estar en contacto con ellos, escucharlos, identificarme en lo que cuentan. Y, al mismo tiempo, notar como, en tan poco tiempo, las nuevas generaciones han cambiado, han avanzado y han abierto nuevas mentalidades y nuevos debates.

Escribiendo esto retomo la idea que lleva recorriendo mi mente un tiempo. Estoy dejando de ser joven. Y, aunque sé que igual parece una idea algo prematura, estar en contacto con mis chavales me la refuerza. Estoy dejando de ser joven. Pero llegados a este punto, no me genera ningún problema.

Lo que sí que me preocupa es la idea de romper con esa manera de pensar que tiene la gente joven. Me preocupa empezar a sentir rechazo ante lo nuevo o ante las ideas que rompan con lo que yo tenía preestablecido. Me preocupa sentir cada vez menos ilusión por lo que venga. Me preocupa no querer seguir actualizándome.

Creo que el mundo de los adultos se plantea menos todo y consigue que, a veces, perdamos el rumbo. Que nos dejemos de hacer preguntas y actuemos por inercia. Y es ahí donde la gente joven puede ayudarnos. Porque, por mucho que todavía tengan por aprender, también tienen mucho que enseñarnos.

Porque puede ser que deje de ser joven, pero espero que nunca deje de pensar joven.

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