Esta reciente fotografía digital contiene la imagen de una hoja compuesta por nueve sellos postales de circulación en el Estado de la Ciudad del Vaticano. Este documento impreso, con valor oficial postal, tiene un gran significado documental para el patrimonio salesiano, pues en su diseño tiene como protagonista el sueño de Don Bosco de los nueve años.
La Oficina de Correos del Vaticano realizó la emisión de este sello conmemorativo dedicado al sueño que tuvo Don Bosco, coincidiendo con el bicentenario de este acontecimiento; iniciando su venta el 19 de febrero de 2024. El sello representa una pintura realizada por el pintor Mario Bogani en 1999. El valor del sello es de 1,30 euros, y también se emite una hoja compuesta por nueve sellos con un valor total de 11,70 euros, todos con la inscripción «El sueño de San Juan Bosco» y las fechas «1824» y «2024».
Esta no es la primera vez que el Vaticano emite un sello conmemorativo de San Juan Bosco. Desde 1936, existen varias emisiones postales que destacan la figura y la obra de este santo. La popularidad mundial de San Juan Bosco se refleja en la emisión de sellos dedicados a él por parte de muchos países en ocasiones especiales, como el centenario de su muerte en 1988 y el bicentenario de su nacimiento en 2015. Ahora, en 2024, este nuevo sello vaticano se suma a la lista.
La representación del sueño de Don Bosco en este sello es un detalle de la pintura al óleo realizada, en 1999, por el pintor Mario Bogani y conservada en la basílica superior del templo Don Bosco, en Castelnuovo Don Bosco, provincia de Asti; ubicada sobre el terreno donde nació en el norte de Italia. Representa a un niño (Juan Bosco, precisamente) tomado de la mano por una mujer vestida de azul celeste (la Virgen María) y, junto a ellos, se ve la figura de otro personaje (Jesucristo). Alrededor hay más imágenes de este sueño, que marcó profundamente la vida del pequeño Juan y orientó sus elecciones posteriores; se observan animales salvajes y ovejas, pero también jóvenes en diferentes momentos y situaciones: dos que se abrazan, otros que están en acciones negativas y son reprendidos por un sacerdote, mientras que al lado está la imagen de un segundo sacerdote que observa a otros jóvenes sentados, reflexionando.
Un sueño que Don Bosco mismo describió detalladamente en sus memorias y que nuestro Rector Mayor Emérito, Cardenal Ángel Fernández Artime, define como «fuente inspiradora de su filosofía educativa impregnada de tres principios: razón, religión y “amorevolezza” (afecto cercano y respetuoso). La importancia de este sueño y del carisma salesiano para la Iglesia universal se puede comprender bien por lo que escribió el Papa Francisco hace nueve años, en la Carta enviada a los Salesianos, con motivo de otro Bicentenario, el del nacimiento de Don Bosco (1815-2015): “Don Bosco nos enseña, ante todo, a no quedarnos mirando, sino a situarnos en primera línea, para ofrecer a los jóvenes una experiencia educativa integral que, sólidamente basada en la dimensión religiosa, involucre la mente, los afectos, toda la persona, siempre considerada como creada y amada por Dios”.
Datos:
Fotografía digital
ARCHIVO FONDO DOCUMENTAL HISTÓRICO
Centro Patrimonio Salesiano SSM Madrid-Carabanchel.
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