Foto con Historia: Monumento a Don Bosco

– Blog coordinado por Miguel Ángel Fernández, sdb

3 mayo 2024

Este monumento fue inaugurado el día 9 de junio de 1968, fecha centenaria de la Consagración de la Basílica de María Auxiliadora, de Turín, en el antiguo Teologado Salesiano de Salamanca. No se trataba sólo del recuerdo de una fecha, sobre todo era colocar una imagen permanente de Don Bosco ante la mirada de todos en dicho Teologado Salesiano: “como centro de formación sacerdotal, con el fin de que sirva siempre de reclamo reproducir personalmente la figura moral del Padre”. El escultor, José Luis Núñez Solé, con mucha habilidad, dejó plasmada una imagen de Don Bosco, hecha con rasgos de tradición y de modernidad, imagen clásica con líneas modernas.

El libro con el título: «Con Don Bosco y el Concilio» quiere ser otro monumento a Don Bosco; quiere ser el alma del monumento de plomo del Teologado Salesiano de Salamanca; donde se miren también las generaciones de Salesianos en formación, para revestir sus almas de los mismos ideales del Santo Fundador. Y quiere serlo, igualmente, con rasgos de modernidad y de tradición, imagen clásica con líneas modernas: el Don Bosco histórico, de su tiempo, visto a través del Concilio. O, si se prefiere, la presentación de aquellos rasgos de Don Bosco que, por ser eternos, como el Evangelio, que él asimiló, desafían los tiempos y se encuentran, necesariamente, en el espíritu y en la letra de los documentos del Concilio Vaticano II. Este es el » porqué» del libro «Con Don Bosco y el Concilio»: redescubrir a Don Bosco, hacer ver que sigue actual, a nivel conciliar.”

El escultor D. José Luis Núñez Solé, antiguo alumno del colegio María Auxiliadora de Salamanca, nace el 10 de diciembre de 1927 en Zamora, aunque, a la temprana edad de dos años, se traslada con su familia a Salamanca, ciudad por la que sentía un fuerte vínculo afectivo. Ya de niño destaca su afición a la escultura. Se ha dicho que su obra se inserta en cierta tradición renovadora, dentro de los cánones académicos o clasicistas de la escultura de su tiempo, como se observa en los numerosos encargos oficiales que realiza. Produce esculturas caracterizadas por la asimilación de influencias propias de una etapa formativa, un lenguaje plástico que va corrigiendo con premura hasta encontrar uno más personal, más suyo. Habilidad que también lleva a las figuras de plomo: «Elaboradas con sensibilidad, estudiadas a fondo, extrayendo de cada fisura, cada relieve o prominencia un sentido analítico». Su fecunda labor de encargo sigue a buen ritmo, y en esa época se inaugura el monumento a San Juan Bosco en plomo sobre mortero de hormigón para el Teologado Salesiano de Salamanca.

Núñez Solé en su corta pero prolífica trayectoria profesional hizo un número de obras considerable. Sensibles y con interioridad, de muy buena factura, tenía buen olfato inventivo. Hubo un tiempo, sobre todo en su juventud, en que prefería la escultura religiosa a la profana: «Es la que más siento y deseo expresar. Quisiera dedicarme exclusivamente a la imaginería». Artista de múltiples recursos, tocó todos los campos, y todos los materiales pariguales. Escultor de estilo fino, siempre se adentraba en un estudio analítico previo de las propiedades que la materia le ofrecía. Busca e indaga en sus posibilidades hasta dar con la más adecuada a las formas que ideaba. Destaca su interés por esas formas de volúmenes puros, trabajados con un alto sentido de lo estético. Aunque a partir de los sesenta, y sin despegarse del todo del ideal clásico, va a la búsqueda de una mayor expresividad en esas figuras que parecen deformadas, de superficies arrugadas y costrosas, que de alguna manera nos retrotraen a las texturas arqueológicas de las esculturas grecorromanas depositadas en el mar.

Todas ellas son figuras con mucha variedad de registros. El 23 de diciembre de 1973 fallece en la capital del Pisuerga, mientras su escultura Simbiosis había sido presentada al Concurso Nacional celebrado en Madrid entre los meses de diciembre del mismo año y enero de 1974. El profesor Brasas Egido dice de Núñez Solé: «Fue sin duda uno de los artistas más destacados y representativos que trabajaron en Salamanca durante la posguerra. El desarrollo y las vicisitudes de su personalidad como artista se han de enmarcar en las duras y difíciles condiciones que vivió el arte español, y en concreto los jóvenes creadores en aquellos años de lucha constante y casi dramática por dar a conocer su trabajo». En definitiva, y pese al tiempo que le tocó vivir, la obra escultórica producida por José Luis Núñez Solé es fruto de mucha experimentación, de ensayos atrevidos cuya finalidad era la de darle un giro estético más universal. Siempre buscó una forma de arte que no solo se limitará a lo que el mecenazgo oficial exigía, e indagaba en variedad de técnicas, estilos y tendencias expresadas con un lenguaje propio. Quizá esa pluralidad de inventiva diera como resultado una obra plástica tan singular, y una apuesta segura para que su trabajo en aquellos años se valorara tan bien.

DATOS IMAGEN: Fondo fotográfico digital del CENTRO PATRIMONIO SALESIANO (SSM) Salesianos Carabanchel (MADRID)
Referencia biblioteca Centro Patrimonio Salesiano (SSM): RICO RICO, José Antonio. Con Don Bosco y el Concilio.
Salamanca: Gráficas Europa, 1968. 246 p., 18 cm.
Ejemplar: 8454 Signatura topográfica: S2 53 97
Sección: TEOLOGÍA
Link del titulo: http://web1.sophiaedu.com/8136/index.asp?codigo_sophia=31953

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