Héroes y villanos

27 abril 2022

Con la ayuda de los reputados catecismos de los padres Gaspar Astete (1537-1601) y Jerónimo de Ripalda (1531-1618) quedó muy grabado en nuestra gente creyente que “la Gloria es un estado perfectísimo, en el cual se hallan todos los bienes sin experimentarse mal alguno; como en el Infierno se hallan todos los males sin experimentarse bien alguno” (Astete) y en su forma dialogada por el padre Ripalda:

_“¿Qué cosa es la Gloria?
_El conjunto de todos los bienes sin mezcla de mal alguno.
_¿Qué cosa es el Infierno?
_El conjunto de todos los males sin mezcla de bien alguno”.

Las películas del Universo cinematográfico de Marvel, Marvel Cinematic Universe, abreviado MCU, sus series de superhéroes estadounidenses, basadas en los personajes que aparecen en publicaciones de Marvel Comics, las cintas que han estado en producción desde 2007 (la primera fue Iron man), han traído de vuelta esta mentalidad a nuestra cultura actual. Marvel Studios ha producido más de veinte películas en sus varias etapas de producción. Las series han recaudado en su conjunto más de 22.000 millones de dólares en la taquilla mundial, convirtiéndola en la franquicia cinematográfica con mayor recaudación de toda la historia del cine. Su destinatario el gran público en todas sus franjas de edad. En las mismas aparecen clarísimos los personajes bien caracterizados y diferenciados, los héroes y los villanos.

Otra gran compañía, ésta dedicada especialmente a los niños y adolescentes, Disney y Pixar, se dedica a ir fomentando y forjando este marco epistemológico desde la más tierna edad. Un mundo dividido entre los héroes (los buenos) y los villanos (los malos).

Incluso un amigo me decía, cómo visitando una ciudad estadounidense, le advirtieron que no paseara por cierto barrios conflictivos pues ello le podría traer problemas. Los barrios no conflictivos eran los buenos y los conflictivos eran los villanos.
Una catequesis mal entendida nos lo hecho creer o al menos no lo ha clarificado del todo. Durante mucho tiempo habíamos pensado que existía una nación, un pueblo, una religión, una raza, una iglesia… que hubiera producido todos los héroes/mártires de la tierra y otra a todos los villanos/verdugos que existían en la tierra. Quizás este pensamiento era producto de esta mentalidad social y eclesial fuertemente maniquea, en la que el mundo se dividía sin espacio de duda alguna, de una manera simplista e interesada, entre buenos y malos.

Y nada más lejos de la realidad, amigos. El bien y el mal se han mezclado, se mezclan y entremezclan en todas y cada una de las sociedades y civilizaciones que han existido incluida en la que nos encontramos inmersos hoy mestiza. Cada uno de nosotros es testimonio viviente de ello.

Han tenido que pasar decenios para que la Iglesia haya aceptado en su seno ese mundo mezclado y diverso donde conviven y luchan el bien y el mal. Incluso la multinacional del ocio y del entretenimiento infantil hiciera suyas las ideas de la mezcla y el mestizaje de lo distinto, la religión, la raza, la diversidad cultural, la extracción social, la orientación sexual,… las aceptase y difundiera: “Zootrópolis” (la diversidad de animales y ecosistemas en equilibrio – 2016) y “Luca” (el miedo al diferente y distinto – 2021), “Out” (la  admisión al colectivo LGBTI – 2021),…

Hubo un momento en mi vida en el que salí de este maniqueísmo en el que me crie y crecí por mí mismo de una forma sencilla, incluso podríamos decir simple. Veía en las noticias y los periódicos las noticias de los inmigrantes y de los que venían en pateras, y pensé dentro de mí: “estas personas también son como yo, tienen sus padres y madres, hermanos y hermanas, hijos e hijas, amigos y amigas… que les llorarían y les echarían de menos… que vivían sus dudas, amores, temores, certezas como cualquier ser humano…” Y al ver las películas donde morían a cientos tantos calificados como los malos, que no tenían derecho ni espacio a unas lágrimas y a un funeral sentido, como sí lo tenían los buenos. Eran, parafraseando al antropólogo francés Marc Augé (1935), las “no personas” a las que la sociedad no es capaz de otorgarles la dignidad e identidad de auténticos seres humanos.

Jesús cuando come con publicanos y pecadores ¿no era tal vez un escándalo para fariseos y bien pensantes de su tiempo? ¿Cómo era posible que el Maestro pidiera agua a una samaritana, una mujer y encima extrajera? ¡Qué escándalo para la sociedad de la época! Y eso le costó la muerte en la cruz… ¿Quién es Jesús y sus enseñanzas para nuestro tiempo? ¿Un héroe o un villano?

El conocido jesuita estadounidense, James Martín (n. 1960), insatisfecho y reconvertido del mundo empresarial, entró en la Compañía de Jesús (jesuitas) en agosto de 1988, y se ha dedicado a trabajar por la integración del diálogo con el colectivo LGTBI y fue nombrado en 2017 por el papa Francisco, consultor de la Secretaría de Comunicaciones del Vaticano, dirá: “La justicia social aborda las cosas que mantienen a la gente pobre y te cuestiona por qué estas personas son pobres”. Agregando que «Cristo nos pidió que trabajáramos con los pobres… En el Evangelio de Mateo, Él nos aclara que la forma en que seremos juzgados al final de nuestras vidas no es en qué iglesia oramos o cómo oramos, sino… cómo he tratado a los pobres. ¿Héroes o villanos?

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