La jornada comenzó con un largo momento de acogida y café en el patio central, después de más de 2 años sin estar juntos. A continuación, se realizó la procesión alrededor del barrio, con María Auxiliadora. Hubo una parada junto al monumento de Don Bosco. Momento para homenajear a Don Bosco, vivir el encuentro entre él y la Auxiliadora, junto con sus hijas e hijos.
Terminó la procesión en la iglesia parroquial con una bonita Eucaristía con sabor castellano. En nombre del inspector, presidió la celebración, su vicario Samuel Segura.
La fiesta continuó en los comedores de la residencia con cerca de 180 personas, alimentados con una rica paella. Fue un momento distendido de mucha alegría y de mucha tranquilidad, con bailes incluidos.
El último acto se hizo en el teatro. Se inició con la famosa rifa de María Auxiliadora. El acto cultural fue organizado y animado por el grupo de El Candil de casa Aleste, del que forman parte muchas asociadas de ADMA.
Hay que agradecer a tantas personas de la Casa que por su disponibilidad para que todo fuese bien organizado. Fue un día que nos llenó a todos de satisfacción salesiana y de júbilo. María Auxiliadora volvió a ocupar el centro de nuestra Familia Salesiana. Venciendo el fuerte calor del día, nos despedimos entre todos hasta el año que viene, afirmaron los participantes.
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