Cada año el Rector Mayor realiza en ese mes la invitación misionera a todos los hermanos de las inspectorías salesianas del mundo. Don Ángel Fernández Artime recuerda que el espíritu misionero y el compromiso son elementos esenciales del carisma de Don Bosco. Esa generosidad ha permitido a los Salesianos extenderse por más de 130 países y superar los 14.500 miembros.
Una vez superados los peores momentos de la pandemia, que impidieron la celebración habitual del envío de las últimas expediciones misioneras, la basílica de María Auxiliadora de Turín volvió a acoger este pasado domingo 25 de septiembre la entrega de la cruz misionera de manos del X sucesor de Don Bosco.
En su homilía, don Ángel Fernández Artime reiteró que el carisma salesiano se difunde por el mundo gracias a los misioneros, sin ellos los salesianos serían pocos y únicos en Italia.
«Nuestra manera de vivir juntos desde todas las partes del mundo es una palabra profética», explicó, observando después cómo la circunstancia del envío misionero fue la ocasión propicia para dar gracias al Señor por la llamada misionera de estos religiosos, llamada particular dentro de la vocación común salesiana y capaz de transmitir entusiasmo a los jóvenes en el nombre del Señor, con corazón salesiano.
El Rector Mayor recordó el diálogo que tuvo la noche anterior con los nuevos misioneros SDB y FMA: “Hoy la mirada no puede ser la misma que en los tiempos de Don Bosco, no vamos a enseñar a los que no saben. En cambio, vamos a compartir la vida, ofreciendo lo que somos y recibiendo seguramente mucho más de lo que ofrecemos”.
Comentando la Palabra de Dios, el Rector Mayor subrayó cómo el Evangelio del día era muy claro: hay un hombre muy rico, cuyo nombre no se sabe, porque su corazón es tan duro que se ha perdido a sí mismo y un hombre pobre llamado Lázaro. El problema no es la riqueza, sino un corazón muerto, incapaz de ver nada más allá de uno mismo y sentir compasión y misericordia.
“No olvidemos que nacimos para los niños más pobres, no para hacer quién sabe qué, para encontrarlos en donde se encuentran los más necesitados en cada parte del mundo”. A veces no se trata de la pobreza material sino del gran vacío en el sentido de la vida y de la extrema soledad, a veces no falta nada, pero falta todo. “Cuídense, den lo mejor de ustedes mismos, den su vida todos los días. ¡Muchos nos esperan sin conocernos!”, exhortó el Rector Mayor.
Los jóvenes continúan necesitando modelos misioneros al estilo de Don Bosco para tener un futuro mejor
El requisito indispensable es que cada candidato esté siempre abierto a ir al lugar al que lo envíe el Rector Mayor. Sin embargo, siempre hay un buen diálogo con cada candidato sobre su posible destino misionero. El destino definitivo se le presenta luego al Rector Mayor y al Consejo General para su aprobación.
En esta ocasión, el envío misionero ha estado compuesto por 25 salesianos y 9 salesianas provenientes de las regiones de la Congregación en África-Madagascar, Asia Sur, Asia Este-Oceanía e Interamérica. Serán enviados a África, Asia-Este, América-Cono Sur y Europa Centro-Norte.
El envío misionero siempre está precedido del Curso de Orientación para Nuevos Misioneros. Esta formación se realiza en el Colle Don Bosco desde el 1 de septiembre con todos los candidatos.
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