Esta ‘campana solidaria’ no servirá para marcar el inicio o el final de las clases, sino para celebrar la vida. Se inauguró el pasado viernes 28 de noviembre, coincidiendo con la visita de Fernando Miranda, Provincial de la Inspectoría María Auxiliadora, con los emotivos toques del joven exalumno Samuel ‘Samu’ Elías Aspillaga y de Cristina González, miembro activa del AMPA. Ambos, vencedores del cáncer, estuvieron arropados por familiares, la comunidad educativa, y asociaciones contra el cáncer.
«Lo queremos hacer extensible a los ciudadanos de Málaga que lo soliciten, fijaremos un día y se hará un acto con los seres queridos de esa persona que quieran estar,» compartía el director del centro, José Miguel Tello.
La origina idea de un antiguo alumno
La iniciativa surgió de Samu, antiguo alumno de 19 años que superó el cáncer. Durante su enfermedad, la campana del Hospital Clínico de Málaga se convirtió en su gran motivación y «objetivo de todos los pacientes oncológicos». La idea de trasladar este símbolo de victoria al colegio, el lugar que le sirvió para «liberarse mentalmente» y despejarse del problema, fue acogida por la dirección, que dedicó una verbena a recaudar los fondos necesarios.
Samu, que ahora prepara oposiciones a la Guardia Civil, recuerda al colegio como una «gran familia». Su experiencia fue un «recorrido complejo» en el que la fe, el apoyo familiar, el proceso médico y las vivencias con compañeros y profesores resultaron fundamentales. Incluso compartió un vínculo especial con uno de sus profesores, Pepe, que también padecía la enfermedad y que le sirvió de apoyo y «sicólogo» al entender su situación.
«Se trata de que los chicos del colegio vean que el centro se preocupa cuando llegan problemas de salud de la gente que conocemos, es un recorrido complejo cuando alguien pasa por un problema de salud y con este acto se cumplirán las expectativas de los afortunados que salen de él,» ha destacado Tello.
La campana se acompaña de un cartel con la imagen de Domingo Savio, un poema de Samu sobre sus sentimientos hasta «la victoria» contra el cáncer, y una imagen del centro.
Cristina González acaba de recibir el alta médica tras superar el cáncer con dos operaciones, cuatro sesiones de quimioterapia y 18 de radioterapia. Sin embargo, confiesa que no fue capaz de tocar la campana del Hospital Materno de Málaga por «respeto» a otros pacientes.
«En el Materno cuando tocas la campana los que están son enfermos. No sabes si el que está al lado tiene metástasis y le quedan seis meses de vida, por respeto no fui capaz de tocarla,» ha admitido.
En el colegio, rodeada de su comunidad, sí pudo realizar ese toque, que se convierte así en un símbolo de esperanza y vida para toda la ciudad.











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