En la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, 27 de junio, la Congregación Salesiana ha inaugurado oficialmente la renovada Sede Central Salesiana, en via Marsala 42 en Roma, en el corazón de la capital, junto a la Basílica deseada y construida por Don Bosco. Tres años de intensos trabajos han devuelto a la obra del “Sagrado Corazón” una estructura renovada, moderna en sus funciones, pero fiel al espíritu originario de su fundador.
Moderado por el consejero general para la pastoral juvenil, Rafael Bejarano, el evento inaugural comenzó a las 11:30 horas con la presentación de Francesco Marcoccio, director de la comunidad salesiana del Sagrado Corazón, quien presentó como clave interpretativa de la nueva casa la categoría del sueño: un sueño hecho realidad con esta nueva inauguración, y que, sin embargo, permanece sólidamente anclado a la tierra en sus dimensiones pastorales más evidentes: el centro juvenil; el servicio a los pobres, migrantes y refugiados; y la basílica. Todos elementos que, afirmó, la convierten en “un puerto de tierra”.
Después, Stefano Martoglio, Vicario del Rector Mayor, subrayó el valor institucional de la Sede, destacando cómo la nueva estructura logra hacer síntesis de dos mundos aparentemente distantes: el institucional, relativo a los aparatos y oficinas de la Sede Central Salesiana, y el del hogar que acoge, propio de toda obra salesiana.
Presencia salesiana en Roma
La intervención del Rector Mayor, XI Sucesor de Don Bosco, Fabio Attard, profundizó en el significado histórico y actual de la nueva Sede Central Salesiana, tendiendo un puente entre pasado y presente. Don Attard recordó como Don Bosco pasó casi dos años de su vida en Roma, a través de veinte viajes, en una época menos conectada que la actual; evidenció los motivos de sus frecuentes estancias romanas –desde el amor al Papa y a Roma hasta la aprobación de las Constituciones, pasando por cuestiones prácticas como los nombramientos episcopales y la recaudación de fondos–; y después de haber ofrecido una amplia mirada a la vida de Don Bosco y a sus pasajes simbólicos, se centró específicamente en el significado de la presencia salesiana en Roma.
Si ya Don Bosco en el siglo XIX remarcaba la importancia de esta casa salesiana en Roma, el Rector Mayor manifestó que en la obra del Sagrado Corazón “se respira el mundo entero” y que su misión ya no está geográficamente limitada, sino que espacialmente se extiende al mundo entero.
Invitado de honor, el cardenal Giuseppe Versaldi, ex prefecto de Educación Católica y titular de la Basílica, recordó con agrado sus trece años de titularidad cardenalicia de la basílica salesiana y su presencia habitual en las celebraciones dominicales. Luego, presentó algunos desafíos para la educación católica hoy, que hacen aún actual y significativa la presencia salesiana: en primer lugar, la paradoja contemporánea de la multiplicación de los medios de comunicación y el correspondiente aislamiento de los jóvenes, al que la Iglesia está llamada a responder ofreciendo “centros de encuentro, entre personas; y sobre todo, ¡con Cristo!”; luego el desafío de formar a los educadores, es decir, los mediadores de este encuentro con Jesús Salvador; por tanto, el desafío de vencer la cultura difundida que contrapone fe y razón, religión y progreso, instaurando diálogos capaces de responder a las preguntas más profundas del ser humano; y finalmente el desafío de la Inteligencia Artificial, para que no suceda que, de instrumento útil, se vuelva contra lo humano, elevándose a fin.
Día cargado de inauguraciones
El evento se completó con la inauguración del “Museo Casa Don Bosco” y el simbólico corte de cinta por parte de don Fabio Attard y del cardenal Versaldi. La oración de bendición precedió la visita guiada que permitió a los invitados recorrer la historia de la obra salesiana en Roma, desde sus orígenes hasta los nuevos desafíos educativos globales.
Numerosas autoridades civiles y religiosas asistieron a la jornada, entre ellas, además de las personalidades ya citadas, también la significativa presencia de superiores generales o delegados de diversas órdenes religiosas (Jesuitas, Franciscanos menores, Scalabrinianos, Hijos de la Divina Providencia y Oblatos de María Inmaculada) y de otros grupos de la Familia Salesiana, para testimoniar la comunión eclesial y salesiana del evento.
¿Qué es el “Museo Casa Don Bosco”?
El “Museo Casa Don Bosco” de Roma ha sido concebido y realizado por un grupo de salesianos y laicos profesionales que han buscado transmitir, no solo un recorrido mental y abstracto, sino que también involucra afectivamente y es capaz de tocar el corazón. No podía ser de otra manera en el lugar desde el cual fue escrita la Carta de Roma, en la que resulta evidente que la educación es cosa del corazón y que el afecto, la familiaridad y la confianza mueven a los jóvenes y a los adultos a construir una casa y a vivir en un clima de familia.
La visita del Museo Casa Don Bosco, construido en tres plantas con distintas salas, dura aproximadamente una hora y media. En la primera planta, el visitante podrá sumergirse en el método educativo de Don Bosco y en su relación con la Iglesia y los papas; en el mismo piso podrá también disfrutar de la Capilla de la interpretación del sueño, preparada en el coro de la Basílica del Sagrado Corazón.
En la segunda planta, entrando en la habitación en la que vivió el santo durante su última estancia en Roma en 1887, podrá saborear la familiaridad de su presencia y dialogar con él en la oración, y luego, visitará la sala de la evangelización, donde experimentará dos sueños misioneros de Don Bosco.
Finalmente, en la última planta, recorrerá las fatigas que el Santo de los Jóvenes debió afrontar para la aprobación de las Constituciones Salesianas y la creación de la Familia Salesiana. La visita concluirá en la Capilla de las Constituciones, donde se podrán visitar virtualmente los lugares de Don Bosco en Roma en los que vivió, visitó o donde deseaba abrir una casa salesiana, durante sus veinte viajes desde 1858 a 1887. En la misma sala será posible, previa reserva, celebrar la eucaristía para los jóvenes y los grupos que visiten el museo.
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