“La vida afectiva del consagrado”, tema principal de la formación para jóvenes salesianos

22 marzo 2022

Comunicación Salesianos

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Del 18 al 20 de marzo ha tenido lugar en Alzuza (Navarra) el encuentro formativo anual del Quinquenio para los jóvenes salesianos de la Inspectoría Santiago el Mayor.

Participaron en esta formación (en la fotografía de izquierda a derecha): Manuel Ramos, Germán Rivas, Juan José Bartolomé (delegado de Formación de Salesianos Santiago el Mayor), José Luis Gallego, Fabrice Pubu (ACS), Manuel Rupérez, Ramón Ariza y Koldo Gutiérrez (responsable de impartir la formación).

El encuentro tuvo lugar en el Hogar del Misionero, una casa ubicada en la localidad de Alzuza, atendida por la comunidad de Salesianos – Pamplona. Allí tuvieron lugar los momentos formativos y de encuentro, concluyendo las jornadas compartiendo mesa con la comunidad salesiana en Sarriguren.

Alzuza es un lugar tranquilo, significativo (por su fundador, don Carreño) y que favorece la convivencia y la oración personal. La acogida de la comunidad de Pamplona ha sido excepcionalmente cordial.

Ha sido un tiempo formativo animado por el delegado inspectorial de formación, Juan José Bartolomé, que contó con la presencia de Koldo Gutiérrez, quien presentó el tema principal de reflexión del encuentro: «La vida afectiva del consagrado», a partir de unos textos de Mons. Uriarte.

Tiempo de escucha, reflexión y encuentro comunitario

Tras el momento inicial de acogida el viernes por la noche, el sábado se comenzó con una sencilla revisión personal de vida. Por la tarde el grupo visitó la obra de Salesianos – Pamplona, guiados por el director de la obra, Ángel Miranda. Finalizando por la tarde con un paseo por la ciudad de Pamplona.

El domingo comenzó con una lectio divina sobre el texto del Evangelio del tercer Domingo de Cuaresma y continuó con la presentación del tema de formación sobre la vida afectiva del consagrado. El encuentro se cerró con la celebración de la Eucaristía en la comunidad de Sarriguren y compartiendo agradecidos la mesa con la comunidad salesiana, que siempre estuvo lista para la acogida.

La temática consistió en compartir la experiencia en el ejercicio pastoral, momentos de oración y lectio, convivencia y reflexión sobre las dificultades que afrontar en ese período de los primeros años de sacerdocio y profesión perpetua entre los jóvenes, explica el propio Juan José Bartolomé.

Y lo completa Koldo Gutiérrez, salesiano encargado de animar este momento formativo.

Va relacionada con la vida concreta de los jóvenes salesianos, quienes después de la profesión perpetua y la ordenación sacerdotal, están implicados de lleno en los distintos proyectos pastorales de la inspectoría. La práctica pastoral trae tanto perspectivas de crecimiento personal como dificultades.

Compartir unas y otras es muy enriquecedor. Reflexionar sobre lo vivido da claves para seguir creciendo vital y espiritualmente.  Y hacerlo todo en un clima de comunicación, de oración y de distensión, hace que la formación toque todas las instancias del ser humano, no sólo la instancia intelectual y proyectiva, sino la existencial y vital, iluminados desde la fe y la palabra de Dios.

Desde la distancia el grupo tuvo un recuerdo particular con motivo del fallecimiento del salesiano coadjutor, Cándido Rastrero, que fallecía a los 84 años en la mañana del sábado día 19, solemnidad de San José.

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