“Mi madre está muy delicada y la Virgen la quiere curar”

El Rincón de Mamá Margarita

4 mayo 2022

El 6 de mayo celebramos la festividad de Santo Domingo Savio. Desde nuestro “Rincón de Mamá Margarita” quiero recordar el momento en que escuchó a la Virgen para ayudar a su madre.

Domingo, con 14 años, le pidió a Don Bosco marchar a casa de su madre que se encontraba enferma: “Mi madre está muy delicada y la Virgen la quiere curar”.

Cuando llegó a ver a su madre, se percató de que estaba embarazada, pero que sufría de fuertes dolores. La abrazó fuertemente, la besó y se sentó junto a ella para oírla.

Ella le pidió que fuera con unos vecinos. Domingo, por supuesto, obedeció. Más tarde, cuando llegó el doctor vio que la mujer estaba repuesta y lucía sana. Mientras éste y algunas vecinas la atendían y la preparaban para dar a luz, quedó al descubierto alrededor de su cuello una cinta verde que estaba unida a una seda doblada y cosida como un escapulario. Era el regalo que Domingo, su hijo, le había dado como signo de que la Virgen sería su compañía. Era el 12 de septiembre de 1856, día en el que nació su hermana Catalina.

Domingo le pidió a su madre que conserve aquel escapulario y lo preste a las mujeres del pueblo que lo necesiten. “Así se hizo y muchas mujeres obtuvieron gracias particulares de Dios con la ayuda del escapulario de la Virgen”.

Escuchar a un joven especial

Cuando leo fragmentos de la vida de Santo Domingo Savio, veo a un niño especial. En algunos relatos se afirma “con una preparación y madurez poco común para su edad”. Quizá en este tiempo lo habrían reconocido como alguien con “altas capacidades”, quizá…

Y al leer el episodio de la enfermedad de su madre, y releer otros momentos de su vida dedicado a sus compañeros, recibo una gran sensibilidad, capacidad para escuchar y para darse. Además de mostrar una apertura a la trascendencia rara en jóvenes de su edad.

¿Y si nos encontramos con niños y jóvenes con estas capacidades, qué haremos hoy? ¿estamos preparados para saber escucharlos y hacerlos crecer y crecer con ellos? Don Bosco y Mamá Margarita supieron escuchar a Domingo y acompañarlo. Sorprenderse con sus dones y ayudarle a desarrollarlos.

Talentos, dones, capacidades son diamantes en bruto en cada niño, en cada niña. Algunos más especiales que otros, pero todos únicos. La vida de Domingo Savio pone ante mis ojos la posibilidad de aprender a mirar sin etiquetar, a acompañar y aprender, a compartir y trascender.

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