A principios de esta semana de agosto se conocía la noticia de la petición de la Santa Sede a la Congregación Salesiana para que el salesiano, don Miguel Ángel Ruiz Espínola, sea nuevo miembro de la Secretaría de Estado en el Palacio Apostólico en El Vaticano. A partir de este próximo mes de septiembre comenzará su nueva tarea al servicio de la Iglesia Universal y del papa Francisco, gracias a su bagaje y formación en el ámbito canónico y jurídico. Aún no se ha hecho oficial el nombramiento y, por tanto, no se sabe exactamente la función que Miguel Ángel desempeñará en la Secretaría de Estado en El Vaticano, dicasterio que trabaja en los asuntos políticos y diplomáticos de la Santa Sede en sus tres secciones.
El propio Miguel Ángel reconoció en “El Espejo” de la Cadena Cope que está muy feliz y contento con esta nueva aventura que le llevará al Vaticano: “Como muchas cosas en mi vida, esto ha sido una verdadera sorpresa”. Contó que ya trabajaba en diferentes proyectos en la parroquia salesiana de San Isidro de Algeciras, “habíamos creado un grupo litúrgico nuevo para cuando arrancáramos en septiembre, pero recibí un correo electrónico de mi Inspector al día siguiente que me decía que me prepara, que hiciera las maletas porque había llegado una petición de la Secretaría de Estado y no se podía decir que no”.
Preguntas y respuestas
También Miguel Ángel ha contestado a algunas preguntas de la Delegación de Comunicación Social de Salesianos acerca del nombramiento: “Es un honor, pero no un ascenso. Lo afronto como una nueva misión que me encomienda la Iglesia Universal, como ir a Pakistán, a Kenia o a Algeciras”.
¿Qué sientes ante este nuevo nombramiento para formar parte de la Secretaría de Estado en El Vaticano?
“Como sacerdote salesiano y misionero que soy, siento un gran orgullo de poder colaborar tan de cerca con el Papa al servicio de la Iglesia. Es lo primero que me vino a la cabeza cuando recibí el correo electrónico que me informaba de esta petición de la Secretaría de Estado. Uno se plantea que realmente ha estado haciendo un servicio como misionero ad gentes, un servicio también en España como párroco durante un año y que ahora la Iglesia y la Congregación me piden un nuevo servicio en El Vaticano como colaborador del Papa en la Secretaría de Estado. Todos estamos al servicio de la Iglesia y los Salesianos lo sabemos especialmente, porque así nos lo enseñó e inculcó Don Bosco: cuando el Papa llama, los Salesianos acudimos siempre. Es un orgullo y un honor aceptar esta nueva obediencia que pide la Congregación y la Iglesia”.
¿En qué va a consistir tu nueva misión?
“A día de hoy no sé qué trabajo se me va a pedir en la colaboración en la Secretaría de Estado Vaticana. El tipo de perfil que he ido labrando a lo largo de estos años, puede ser uno de los factores para que me hayan llamado en este momento. Soy un salesiano, por lo tanto, carisma de jóvenes, juvenil, de querer sacar lo mejor de cada joven, especialmente de los más pobres y abandonados, el ser testimonio para ellos de un amor muy grande, de un amor que no les abandona nunca. Como misionero, el conocimiento de trabajo en cuatro continentes, en realidades muy diversas, que me dan una visión muy global de la Iglesia y que me han hecho tener también responsabilidades de gobierno a nivel congregacional y de Iglesia local. Como jurista, el haber completado mi formación canónica, el haber asistido a algún inspector en trabajos de naturaleza jurídica.
Esa combinación de factores han forjado el perfil que soy hoy y por eso, entiendo, esa llamada… Quizá también por mis dotes de cocinero. Allí donde he estado de misionero, me he desenvuelto muy bien preparando platos típicos de España para gente que nos visitaba… ¿Podría ser para la cocina de la Secretaría de Estado?”, apuntilla entre risas.
¿Qué le dirías a la gran familia de Salesianos en España que se ha alegrado tras conocer la noticia, especialmente en la casa de Algeciras?
“Un agradecimiento sincero a la Familia Salesiana de Algeciras, de corazón, por la acogida cuando llegué y por el año que me han hecho pasar. No era fácil para mí, porque habían sido 25 años fuera de España. Al principio, en las clases de bachillerato, me encontraba como en una nube. Me han guiado con paciencia en todo lo que he necesitado. Especial agradecimiento a la parroquia salesiana de María Auxiliadora y de San Isidro y a la Cofradía de Jesús de Medinaceli y Nuestra Señora de la Esperanza, de la que soy Director Espiritual. Es la Cofradía más grande de Algeciras y mueve a más de 100.000 personas en su procesión.
Agradecido a la Familia Salesiana de España. Nuestro carisma es hoy más relevante que nunca. Los jóvenes nos están esperando. Y nos esperan. Pongo un ejemplo: A los chicos de bachillerato, en unos ‘buenos días’, les dije que una mujer anciana se había caído en nuestra iglesia salesiana de Algeciras. Les pedí que fueran al hospital a verla, para saludarla y acompañarla. Ese mismo día, los profesores fueron a verla y, al día siguiente, los alumnos se organizaron para poder visitarla. Los desafíos lanzados a los jóvenes son una motivación. Por eso, a la Familia Salesiana la diría que ánimo con los jóvenes, a no perder la esperanza y que nuestro carisma es necesario. Don Bosco querría que estuviésemos en la frontera, abrirnos a nuevas experiencias para encontrarnos con los jóvenes. Si no somos nosotros, ¿quién lo hará en la Iglesia?”.
Felicitaciones, muestras de cariño
La obra salesiana de Estrecho, lugar en donde fue alumno del Centro, se alegró de este nombramiento y le deseó lo mejor al servicio de la Iglesia Universal, confiando en este bagaje experiencial tan rico y todas las cualidades que concurren en este salesiano madrileño, antiguo alumno.
También el alcalde de Algeciras, don José Ignacio Landaluce, se quiso sumar a la felicitación por este nombramiento: “Deseamos al padre Ruiz Espínola los mejores éxitos en su nueva andadura en la Santa Sede, y esperamos que siempre lleve a Algeciras en el corazón, al igual que aquí le recordaremos siempre”.
¿Quién es Miguel Ángel Ruiz Espínola?
Nacido en 1972 en Madrid, de ascendencia extremeña, de Torrehermosa (Badajoz), este salesiano del barrio de Tetuán, fue alumno del Colegio San Juan Bautista de los Salesianos de Estrecho. Participó como monaguillo en las actividades litúrgicas de la parroquia de San Francisco de Sales. A los 12 años (1984) fue al Seminario Menor de Arévalo (Ávila). Hizo su noviciado en Mohernando en 1990-1991 y posteriormente su postnoviciado en Burgos (1991-1994). Tras sus estudios de Filosofía en Burgos, fue destinado a Arévalo como tirocinante-bienal (1994-1996). En septiembre de 1996, con el beneplácito de don Pedro López, Inspector de la Inspectoría de San Juan Bosco de Madrid, hizo un curso misionero en Roma, que le va a marcar su vida posterior.
Tras unos meses de estudio del inglés en Irlanda, comenzó la Teología en Manila en 1997. Fue ordenado en el año 2000 y pasó dos años en las junglas del sur de Filipinas esperando su visado misionero para Pakistán. Este ha sido su destino más significativo. Dio muchas entrevistas para la radio y la televisión en tiempos en que la amenaza yihadista arreciaba. De 2001 a 2013 Miguel Ángel trabajó con tesón en esta tierra del Oriente: Director del Internado, Ecónomo, Jefe de Estudios y, finalmente, Director durante los últimos siete años. En esos años, ocupó también otros cargos eclesiales, que orientaron y lo encaminaron a su destino actual: fue miembro del Consejo de la Juventud de la Archidiócesis de Lahore, del Consejo de Administración y, también, Consejero de la Nunciatura (2007-2012). Al finalizar su estancia en Pakistán, el embajador de España, por orden del Gobierno, le concedió la Medalla de la Orden de Isabel La Católica.
En 2013, don Pascual Chávez le solicitó que hiciera estudios de Derecho Canónico en Roma. Tres años dedicó al estudio de los Cánones en la Ciudad Eterna. En 2016, la Congregación le destinó a Kenia para colaborar en el proceso de transición del último inspector misionero al primer inspector keniata. Tras dos años en Kenia, decidió regresar a España a poner toda su experiencia al servicio de los jóvenes a los que fuera enviado. El destino fue Algeciras. Durante un año trabajó como párroco en esta obra salesiana, y director espiritual de la Cofradía Salesiana de Nuestro Padre Jesús Cautivo (Medinaceli) y María Santísima de la Esperanza.
Ahora la Sede Apostólica requiere de sus servicios. Estamos convencidos de que desempeñará la labor asignada con empeño y tesón.
Es un salesiano lleno plenamente de la espiritualidad salesiana.En este artículo lo recoge muy bien.Querido Miguel Angel, no se si recuerda bien nuestra conversación telefónica el mismo día que tuve conocimiento de la noticia,¿la recuerda?
Un abrazo hermano en Don Bosco
Pepe Amado