Nuestro regalo anual

8 octubre 2024

Un regalo… Aguinaldo significa: ¡Te hago un regalo! Te doy algo importante para celebrar un tiempo nuevo, un año nuevo. Así lo pensó Don Bosco y lo regaló a los jóvenes y adultos que estaban con él. Este regalo, el Aguinaldo, quiero hacéroslo para el comienzo del nuevo año, de un tiempo nuevo.

Es hermoso e importante esto: un año nuevo, un tiempo nuevo es un contenedor en el que estarán todos los demás contenidos. El año que viene no es igual a los que has vivido, el año nuevo requiere una mirada nueva para vivirlo en plenitud; ¡porque el año nuevo no volverá! Cada vez es único porque somos diferentes del año pasado.

El Aguinaldo consiste en prepararse para este nuevo tiempo, mirar dentro de este nuevo año, destacando ciertas cosas que serán parte importante de este año.

El hilo rojo

El don del tiempo, de la vida; en la vida el don de Dios y todos los demás dones que hay en ella: personas, situaciones, ocasiones, relaciones humanas… Dentro de este modo providencial de ver el don del tiempo y de la vida, el Aguinaldo, regalo que Don Bosco y después sus sucesores, hacen cada año a toda la familia salesiana, es una mirada al nuevo año, al nuevo tiempo, para verlo con ojos nuevos.

El Aguinaldo es una ayuda para ver el tiempo que viene fijándonos en un hilo rojo que guía este nuevo tiempo: el hilo rojo que nos regala el aguinaldo es la Esperanza. Esto también es importante. Seguro que el nuevo año nos depara muchísimas cosas, pero ¡no te pierdas! ¡Empieza a pensar lo importante que es no dispersarse, si no recoger!

El Aguinaldo que nuestro don Ángel ha horneado para nosotros, como un vestido nuevo, destaca acontecimientos que todos viviremos, y los une con un hilo rojo, ¡la Esperanza! Los acontecimientos que destaca el Aguinaldo 2025 son globales o particulares que nos implican, para que los vivamos bien:

Jubileo ordinario de 2025

Un Jubileo es un acontecimiento eclesial que, en la tradición católica, nos regala el Santo Padre. Vivir el Jubileo es vivir esta peregrinación que la Iglesia nos ofrece para volver a poner la presencia de Cristo en el centro de nuestras vidas y de la vida del Mundo. El Papa ha señalado un tema generador para el Jubileo: ¡Spes non confundit! ¡La esperanza no defrauda! ¡Qué maravilloso tema! Si algo necesita el Mundo en estos momentos difíciles es Esperanza, pero no la esperanza de lo que creemos que podemos hacer por nosotros mismos, a riesgo de que se convierta en una ilusión. La Esperanza del redescubrimiento de la Presencia de Dios. Francisco escribe: «¡La esperanza llena el corazón!». No sólo calienta el corazón, lo llena. ¡Llenarlo hasta rebosar!

La esperanza nos hace peregrinos

¡El Jubileo es peregrinación! Te pone en movimiento por dentro, si no, no es Jubileo. Dentro de este acontecimiento eclesial que nos hace sentir Iglesia, nosotros, como Congregación Salesiana y como Familia Salesiana, tenemos un importante aniversario: en 2025 se cumplirá…

150 años, 1ª expedición misionera

Don Bosco, en Valdocco, lanza su corazón más allá de todas las fronteras: ¡envía a sus hijos a Argentina! Los envía, más allá de toda seguridad humana, los envía cuando ni siquiera tiene a los que necesitaría para continuar lo que había comenzado.

¡Simplemente los envía! La Esperanza es obedecida, porque la Esperanza impulsa la Fe y pone en marcha la Caridad. Los envía y los primeros hermanos se ponen en camino y van, ¡a donde ni siquiera ellos conocían! De ahí nacimos todos, de la Esperanza que nos pone en camino y nos hace peregrinos.

La esperanza es el fundamento de la Misión, porque es una responsabilidad que no puedes ocultar ni guardarte para ti. No mantengas oculto lo que se te ha dado; reconoce al dador y entrega con tu vida lo que se te ha dado a la siguiente generación. Esta es la vida de la Iglesia, la de cada uno de nosotros.

San Pedro, que veía lejos, escribe en su primera carta: «Estad siempre dispuestos a responder a todo el que os pregunte por la esperanza que hay en vosotros» (1 Pe 3,15). Debemos pensar que responder no son las palabras, ¡es la vida la que responde

 

Nuestro escudo

«En mi estandarte brilla una estrella» se cantaba antaño. En nuestro escudo, además de la estrella, hay una gran ancla y un corazón llameante.

He aquí algunas imágenes sencillas para empezar a mover nuestros corazones hacia el tiempo venidero, «anclados en la esperanza, peregrinos con la juventud». Anclados es un término muy fuerte: el ancla es la salvación de la nave en la tormenta, firme, fuerte, ¡arraigada en la Esperanza!

Dentro de este tema generador estará todo nuestro día a día: personas, situaciones, decisiones… lo ‘micro’ de cada uno que se une con lo ‘macro’ de lo que viviremos juntos… entregando a Dios el don de este tiempo que se nos regala. Porque al Aguinaldo que todos recibiremos debes sumar tu parte; tu vida cotidiana que sabrás iluminar con lo que hemos escrito y recibirás, de lo contrario no es una Esperanza, no es en lo que se basa tu vida y no te pone en «movimiento» haciéndote Peregrino.

Confiamos este camino a la Madre del Señor, Madre de la Iglesia y Auxiliadora nuestra; Peregrina de la Esperanza con nosotros.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

También te puede interesar…

El camino de las rosas

El camino de las rosas

​ «“¡Oh, Don Bosco siempre camina sobre rosas. Avanza con gran serenidad: todo le va bien!”. Pero ellos no veían las...

La era de la autenticidad

La era de la autenticidad

Hace unos días un conocido político tuvo que dimitir por contradecir muy gravemente los principios que decía defender....