¡Pues tiene sentido!

El Rincón de Mamá Margarita

13 julio 2018

Ayer estaba charlando con una amiga y salió el tema de los deportes. Me contaba lo revueltos e indignados que estaban algunos padres porque, para el año que viene, dividían el equipo de baloncesto en dos y quedaban los «buenos» por un lado y los «malos» por otro.

Entonces yo me acordé de cuando pasó lo mismo con uno de mis hijos. La razón que nos dieron los entrenadores fue que, cuando hay algunos bastante buenos o muy altos en un equipo, los restantes se achantan. Se dedican a pasarles a ellos los balones, no pelean tanto, etc. Y la verdad es que mi hijo – que no estaba precisamente entre los buenos- y todo su equipo mejoraron muchísimo el siguiente año. No sólo en su juego, sino en compromiso, en confianza… Porque ahora el juego dependía de ellos. Y se lo conté a mi amiga que me contestó : ¡Pues tiene sentido!

Yo no sé si la razón de este año es esa u otra. Lo que me pregunto es ¿Cuándo se ha instalado está desconfianza entre nosotros y por qué? ¿Por qué damos por sentado que los demás, en este caso los educadores, no piensan las cosas y, si las piensan es para mal? Y, sobre todo ¿Qué ganamos con eso?

¿Será un virus? O igual nos lo ha inoculado algún mosquito mutante de esos que hay ahora… O igual es un efecto secundario del E330, que dicen que es tan malo. Pero, la verdad es que la sospecha es como un veneno que se va extendiendo dentro de nosotros, como una epidemia.

¿Habrá algún antídoto o vacuna? Igual el remedio para este mal sea algo simple. Algo como pararnos a pensar antes de empezar a desconfiar y preguntar, si nos es posible. Y si no, confiar. Confiar en que en general «todo el mundo es bueno». Para muestra un botón: Acaso ¿no lo somos nosotros?

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

También te puede interesar…

Un verano distinto

Un verano distinto

Con el curso ya terminado, los profesores iniciamos nuestras largas y merecidas vacaciones de verano, un tiempo de...

El nido y el ciprés

El nido y el ciprés

Estos días de verano son tan largos como la sombra del ciprés. Yo tengo uno en mi jardín, ya casi rebasa el tejado....

Una pizca de sal

Una pizca de sal

Con los primeros calores de julio, quiero recordar a Mamá Margarita como mujer, madre, amiga y vecina. Imagino su...