La Casa Salesiana de Las Palmas de Gran Canaria acogió el acto central de la celebración del 25 aniversario del Centro Juvenil Confeti, donde antiguos animadores volvieron a pisar los patios del colegio, recordando viejos tiempos y compartiendo con las nuevas generaciones.

El pasado sábado 14 de junio, los patios de Salesianos Las Palmas se llenaron de color, alegría, entusiasmo y nostalgia. Color por las banderas y globos que engalanaban el patio central de la Casa. Alegría por la celebración de una fecha tan significativa, símbolo de continuidad y presencia salesiana entre los jóvenes. Entusiasmo por los retos que se abren camino y nos hacen mirar al futuro. Y nostalgia por el regreso a Casa de tantos animadores y catequistas, que en algún momento pertenecieron al Centro Juvenil.

En un ambiente familiar, la Sala Don Bosco acogió este evento. Que tras la bienvenida inicial por parte del director de la Casa, D. José Antonio Perdigones Bautista, sdb. La coordinadora de catequesis, Ana Delia García, nos realizó un recorrido histórico por las asociaciones que precedieron al CJ Confeti, los oratorios que se realizaron por toda la geografía de la ciudad y el Movimiento Luz Vida durante el siglo XX.

Posteriormente, llegando al ecuador del acto, las palabras de los antiguos animadores se hicieron presentes en un coloquio junto a los actuales animadores, donde los más veteranos recordaban vivencias, y los más jóvenes explicaban los actuales retos del Centro Juvenil, y el gran trabajo que se realiza cada semana con los jóvenes.

Ya acercándose el final del acto, tomó la palabra el coordinador del ambiente y presidente del Centro Juvenil Confeti, Néstor Guerra, dando las gracias por la asistencia a todos los presentes, y entregando una placa conmemorativa a los grupos de la Casa, y a los distintos centros juveniles del Movimiento Juvenil Salesiano de Canarias que se hicieron presentes en este día.

Una vez entregados los agradecimientos, todos lo presentes se desplazaron hasta la iglesia, donde se realizó una ofrenda floral a María Auxiliadora, dando gracias por su protección, y pidiendo por los jóvenes del centro juvenil.

Posteriormente, ya una vez finalizado el acto, en el patio central del colegio aguardaban varias mesas con comida y bebida, para disfrutar de una convivencia festiva en familia.