“Seré signo y portador del amor de Dios a los jóvenes”

12 septiembre 2020

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Mario Martín, de 22 años, realizó en Valencia su primera profesión religiosa como Salesiano de Don Bosco en una ceremonia en la que se recordó que la vocación salesiana es un don a compartir con los demás, especialmente con los jóvenes más necesitado

En la tarde del viernes 11 de septiembre tuvo lugar la primera profesión como religioso de Mario Martín en la Parroquia salesiana San Antonio Abad de Valencia en un acto que cumplió con todas las medidas sanitarias establecidas y respetando el aforo correspondiente ante el contexto actual.

La celebración estuvo presidida por Ángel Asurmendi, provincial de la inspectoría salesiana de María Auxiliadora, y contó con la participación de salesianos, familiares, compañeros y amigos que han compartido su camino vocacional y que arroparon al joven salesiano en este momento tan significativo en su vida y en la de toda la comunidad salesiana.

Entrega al Señor en la Congregación Salesiana

El ritual de la profesión religiosa estuvo compuesto por varios momentos significativos. En primer lugar, Mario, flanqueado por sus dos testigos, los salesianos Felix Sarasola y Miguel Ángel Nuín, dialogó con el inspector sobre el compromiso que quiere llevar adelante con su vida como salesiano. Después, toda la asamblea acompañó a Mario pidiendo a Dios que le ayude a llevar adelante este compromiso. Tras la lectura de la fórmula de la profesión, y la acogida de Mario con el abrazo fraterno del Inspector, recibió la medalla signo de su consagración y el libro de las Constituciones Salesianas.

Otro momento emotivo fue en el que se recordó cómo Don Bosco confió la Congregación Salesiana a María, por este motivo Mario hizo una ofrenda floral subiendo hasta el altar de María Auxiliadora y depositando a sus pies este signo de confianza.

Memoria viva de Don Bosco
En la homilía, el Provincial comenzó haciendo referencia a las personas que con su acompañamiento y cercanía han sabido ponerle delante a Jesús provocando que algo se despertara dentro de Mario, para quien Jesús era un auténtico desconocido. «Pero para seguir a Jesús no basta con escuchar lo que otros dicen de él, es necesario vivir una experiencia personal», explicó Asurmendi mientras habló de la valentía por dejarse interrogar ante una vida afrontada en clave de agradecimiento.»La llamada no es solo para ti, si no para que la compartas con los demás, comprometiéndote a entregar toda tu energía por los jóvenes. Mario deseamos que seas feliz, que seas cercano a Dios y a los jóvenes más necesitados y que encuentres en tus hermanos salesianos el apoyo para seguir creciendo en tu respuesta a Dios. Él no te va a defraudar», le recalcó al joven salesiano para concluir con un mensaje de esperanza: «Hoy tú también nos muestras que quedarse con Jesús merece la pena y nos hace ser felices».Al terminar la celebración, Mario realizó una breve acción de gracias en la que afirmó tener clara su misión «como signo y portador del amor de Dios a los jóvenes, especialmente a los más necesitados». Agradeció a tantas personas que le han acompañado en este camino, recordando a cada salesiano, amigo, familiar o profesor que le había ayudado en este tiempo previo de discernimiento, teniendo un especial recuerdo para los jóvenes de las presencias salesianas de Valencia-San Antonio Abad y Sevilla-Bartolomé Blanco y los formadores y compañeros de Genzano di Roma.Tras la primera profesión continúa su camino formativo en la comunidad salesiana del posnoviciado de Granada donde, durante tres años, compaginará estudios de Filosofía con otros de Salesianidad y prácticas pastorales.

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