La situación en el país comenzó a deteriorarse a principios del mes de marzo cuando el presidente Salva Kiir destituyó a varios funcionarios. Además, en el norte del país se produjeron revueltas y estallidos de violencia entre grupos rebeldes y soldados gubernamentales. “La tensión también ha llegado a la capital, Juba, y se han producido explosiones a las afueras de la ciudad”, añade Ballester. “Ya hay miles de personas que huyen de las zonas de conflicto y aumentan los temores de una nueva ola de violencia a gran escala”, alerta el cooperante.
Misiones Salesianas expresa la preocupación en este nuevo episodio del conflicto por lo que significa para millones de niños, niñas, mujeres y personas desplazadas. En Sudán del Sur, más del 90% de la población vive bajo el umbral de la pobreza, más de 17 millones de niños y niñas no acuden a la escuela y más del 75% de la población necesita ayuda humanitaria para sobrevivir.
En Sudán del Sur desde los años 80
Los misioneros salesianos en el país llevan trabajando desde los años 80 para atender a los menores y jóvenes en situación más vulnerable y ofrecerles oportunidades para cambiar su futuro. “Estamos presentes en Juba pero también en otros puntos del país como Tonj, Maridi, Wau o Kuajok donde contamos con escuelas y centros de capacitación para los jóvenes”, añade Luis Manuel Moral, director de Misiones Salesianas.
Además, los misioneros salesianos en Juba atienden a más de 6.000 personas desplazadas en el asentamiento que se encuentra en la misión. “Son personas desplazados del centro del país y muchas de ellas llevan más de 13 años en el campo”, explican los misioneros salesianos. Y tan sólo en el centro educativo de Juba, los misioneros salesianos dan acceso a la educación a 3.000 niños, niñas y jóvenes.
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