Don Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de los salesianos, nos recuerda con el nuevo Aguinaldo una frase de san Francisco de Sales: “Haced todo por amor, nada a la fuerza”. La primera vez que la leí pensé que era bastante complicado llevarla a cabo; se me ocurría más de una tarea que hago porque no me queda más remedio. Me puso triste pensar que esas situaciones tediosas no solo pertenecían al mundo laboral o del hogar, sino también a las esferas más importantes de mi vida como la de mi familia y mis amigos.
La segunda vez que la leí pensé que sí que sería bonito vivir haciendo todo por amor y nada a la fuerza. Quizás el secreto estaría en buscar algo positivo en aquello que no me gustaba. ¿Y si en vez de pensar en todo aquello que hacía por obligación, pensaba en aquello que hacía por amor? Fue ahí cuando me di cuenta de lo alejada que había estado en mis planteamientos, porque justamente en esa lista de cosas que hacía por amor estaban las que no me gustaban. Me di cuenta de que lo que me movía a hacer aquellas cosas que me resultan desagradables o aburridas era justamente el amor.
El amor tiene que ser libre. Cada uno de nosotros decide lo que hace o no para construir y mantener su proyecto de vida. Qué equivocada estaba al decir que hacía cosas porque no me quedaba más remedio. A partir de ahora, en vez de pensar que hay cosas que hago a la fuerza pensaré que son cosas que hago libremente con esfuerzo. Llegar a esta conclusión me ha hecho darme cuenta de que soy libre y que, con ayuda del amor, todo cobra más sentido.
Cuando en mi día a día me enfrente a tareas o cosas que no me gustan seguro que pensaré que son un motivo de superación y una oportunidad para demostrar mi amor a aquellos que tanto me importan. Eso seguro que aligerará su carga.
Excelente, claro y certero este artículo de Mayca Crespo: muy en línea con lo que nos señala el Aguinaldo 2022. Da ideas para el día a día.