Sumar dos más dos o leer un libro no está al alcance de todo el mundo. Al menos una de cada siete personas jóvenes y adultas no tiene las habilidades básicas de alfabetización, según las cifras de la UNESCO. Además, más de 258 millones de niños, niñas y jóvenes no tienen acceso a la educación. La pobreza, los conflictos, los desplazamientos… son causas que alejan a los menores y jóvenes de las aulas. Sin embargo, la educación en situaciones de emergencia se convierte en una herramienta fundamental para la protección de la infancia.
El 25% de los menores de todo el mundo viven en países afectados por algún tipo de crisis humanitaria. Siria, Afganistán, RD Congo, Ucrania, Etiopía, Haití, Sudán, Palestina… Las escuelas en los conflictos o en los desastres naturales no sólo cumplen con su función de enseñanza de habilidades y capacidades, también son lugares donde los menores pueden sentirse seguros, jugar, relacionarse con otros niños y niñas, compartir… Son espacios donde reciben formación para la protección, donde reciben alimentos o cuidados sanitarios o psicológicos. La escuela se convierte en un lugar donde pueden ser niños y niñas, donde vivir relajados y olvidarse por unas horas del horror de la guerra o la violencia.
En el Día de la Alfabetización, que se celebra este 8 de septiembre, desde Misiones Salesianas pedimos un verdadero compromiso con la educación de los niños, niñas y jóvenes de todo el mundo y en cualquier circunstancia. Por ello, hemos lanzado la campaña Educación en Emergencia con la que queremos poner el foco en la importancia de que los niños, niñas y jóvenes estén en el lugar que les corresponde: la escuela.
Los misioneros salesianos están en primera línea para que la educación de calidad para todos los niños, niñas y jóvenes sea una realidad. En el mundo, hay casi 4.800 centros educativos salesianos en los que más de 2,3 millones de menores reciben educación y encuentran un espacio de protección y seguridad. Y la misión de educar a menores y jóvenes, la trasladamos a todos los contextos, incluso a aquellos más complejos como en los conflictos, en contextos de violencia, con las poblaciones desplazadas, en campos de refugiados… “La educación en estas situaciones es aún más importante ya que es la única herramienta para que los menores no desconecten de su infancia”, explican los misioneros salesianos.
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