Y sucedió ayer, 19 de octubre, en un Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND) con un cariz especial. En la Plaza de San Pedro del Vaticano, abarrotada de fieles llegados de diferentes partes del mundo, el papa León XIV elevó a los altares a siete beatos, entre los que estaba sor María Troncatti. Mujeres y hombres que ya pueden ser venerados por toda la Iglesia.
Siete santos
Al inicio de la ceremonia, el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, realizó la Petición al Santo Padre para que se procediera a la canonización de los beatos mártires Pedro To Rot y el obispo Ignacio Choukrallah Maloyan; las beatas religiosas Vincenza María Poloni, María Carmen Rendiles Martínez y María Troncatti; y los beatos laicos José Gregorio Hernández Cisneros y Bartolo Longo.
“La beata María Troncatti»
Nacida en Italia, en la provincia de Brescia, en 1883. Religiosa de las Hijas de María Auxiliadora, partió hacia Ecuador impulsada por el carisma salesiano de san Juan Bosco. Durante los primeros tres años, dirigió una clínica y un dispensario farmacéutico en Chunchi. Luego decidió adentrarse en el interior de la selva y trabajó como misionera en Macas, Sevilla Don Bosco, Sucúa y Guayaquil. La labor de los misioneros fue repentinamente obstaculizada, hasta tal punto que las misiones de Macas y Sucúa fueron incendiadas.
Dirigió un hospital y estuvo en la primera línea en la defensa de los derechos y la dignidad de los habitantes locales y de las mujeres. Murió en un accidente aéreo el 25 de agosto de 1969. Es beata por voluntad del papa Benedicto XVI desde 2012”. Así habló el cardenal Semeraro de sor María Troncatti en el momento de presentar las biografías de los beatos que iban a ser canonizados.
Las letanías de los santos precedieron al momento en el que el papa León XIV pronunció la Fórmula de Canonización, declarando santos a sor María Troncatti y a los otros seis beatos. Sus reliquias fueron acercadas al altar y el canto del Aleluya expresó la alegría del pueblo cristiano, que contaba con siete nuevos santos.
«Fieles amigos de Cristo»
La misa prosiguió su curso habitual, con la liturgia de la Palabra. Tras la proclamación del Evangelio, el Santo Padre recordó al inicio de su homilía que “hoy están ante nosotros siete testigos, los nuevos santos y las nuevas santas, que con la gracia de Dios han mantenido encendida la lámpara de la fe, más aún, han sido ellos mismos lámparas capaces de difundir la luz de Cristo”.
El Santo Padre continuó haciendo alusión a las lecturas del día. “Queridos hermanos y hermanas, ahora comprendemos que las preguntas de Jesús son una enérgica invitación a la esperanza y a la acción. Cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe en la providencia de Dios? Es esta fe, precisamente, la que sostiene nuestro compromiso con la justicia, porque creemos que Dios salva al mundo por amor, liberándonos del fatalismo”, advirtió.
Sus últimas palabras estuvieron dedicadas también a los nuevos santos, que “no son héroes, o paladines de un ideal cualquiera, sino hombres y mujeres auténticos”. Y añadió: “Estos fieles amigos de Cristo son mártires por su fe, como el obispo Ignacio Choukrallah Maloyan y el catequista Pedro To Rot; son evangelizadores y misioneros, como sor María Troncatti; son carismáticas fundadoras, como sor Vicenta María Poloni y sor Carmen Rendiles Martínez; son bienhechores de la humanidad con sus corazones encendidos de devoción, como Bartolo Longo y José Gregorio Hernández Cisneros”.
El Papa concluyó pidiendo “que su intercesión nos asista en las pruebas y su ejemplo nos inspire en la común vocación a la santidad. Mientras peregrinamos hacia esa meta, no nos cansemos de orar, cimentados en lo que hemos aprendido y creemos firmemente (cf. 2 Tm 3,14). De ese modo, la fe en la tierra sostiene la esperanza en el cielo”.
Días de fiesta
En los días previos a la canonización, el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora y la Familia Salesiana han calentado el corazón para vivir con plenitud este acontecimiento histórico.
El programa de actos comenzó el viernes, 17 de octubre. La Casa generalicia de las Hijas de María Auxiliadora en Roma acogió la apertura de las celebraciones, retransmitida en directo. Uno de los momentos más destacados de la tarde fue el testimonio de Juwa Bosco, quien narró el “encuentro” muy especial que tuvo con sor María en un sueño, tras el cual obtuvo una curación milagrosa.
Al día siguiente, el sábado 18, jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano de Italia animaron la fiesta de la santidad en Roma-Cinecittà, en el Instituto San Giovanni Bosco. Por la tarde, se celebró una vigilia de la Familia Salesiana, presidida por el Rector Mayor de los Salesianos, D. Fabio Attard. La Madre General de las Salesianas, S. Chiara Cazzuola, dio las buenas noches a los presentes.
En la tarde del domingo 19, el Rector Mayor presidió el rezo de vísperas en un encuentro festivo en la Casa Generalicia. Y en la mañana de hoy, lunes 20, el Papa recibe en audiencia a un amplio grupo de participantes en la canonización. Las celebraciones concluirán por la tarde con una misa de acción de gracias en la basílica de San Pablo Extramuros, presidida por el Cardenal Ángel Fernández Artime, SDB.
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