El 17 por la mañana, miembros de la comunidad educativa y pastoral de los Salesianos de Jesús Obrero han participado en la jornada “Junt@s somos más fuertes”, organizada por la Real Federación Española de Fútbol en el Auditorio Factoría Cultural del Polígono Sur. El encuentro, centrado en la lucha contra el bullying, la salud mental y la inclusión, reunió a deportistas, expertos y entidades comprometidas con la educación y el bienestar de los jóvenes.
El evento abordó tres ejes fundamentales: el deporte como herramienta contra el acoso, la importancia del acompañamiento emocional y la inclusión de todas las personas a través de iniciativas deportivas. Entre los ponentes destacaron el exboxeador y educador Jero García, la presidenta de la “Fundación Blanca” Lola Fernández-Ochoa, y representantes del proyecto de arbitraje inclusivo “Be my referee”, entre otros.
Una presencia salesiana que nace del Evangelio y del Sistema Preventivo
Para los Salesianos de Jesús Obrero, participar en espacios como este no es solo una oportunidad formativa, sino una expresión directa de la misión educativa y evangelizadora recibida de Don Bosco. Desde los valores salesianos, el deporte, la convivencia y la presencia cercana entre los jóvenes son herramientas clave para prevenir situaciones de sufrimiento, fortalecer vínculos y acompañar procesos de crecimiento personal.
El mensaje central de la jornada —“juntos somos más fuertes”— resuena profundamente con la espiritualidad cristiana y con la convicción salesiana de que cada joven es una tierra sagrada, necesitada de escucha, afecto y oportunidades. La lucha contra el bullying, la promoción del cuidado de la salud mental y la apuesta por la inclusión son hoy más que nunca expresiones concretas del Evangelio, que llama a reconocer la dignidad de cada persona, especialmente de quienes más sufren.
Un compromiso que continúa en el día a día
La participación en esta jornada refuerza el compromiso de la obra salesiana del Polígono Sur con la creación de espacios seguros, acompañados y profundamente humanos, donde los jóvenes puedan crecer sintiéndose valorados y respetados.
“Para nosotros —explicaba el párroco— estos encuentros nos confirman en lo que vivimos diariamente: que la educación, la cercanía y el amor demostrado son la mejor respuesta para sanar heridas y construir futuro. Como Don Bosco, creemos que los jóvenes, especialmente los más vulnerables, merecen un entorno donde se sientan queridos y acompañados”.











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