Salesianos Badalona celebra sus 100 años de presencia en la ciudad

25 febrero 2022

Josep Lluis Muñoz

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Aquella semilla sembrada en 1922 se convirtió en un gran árbol que hasta la fecha no ha dejado de crecer ni dar frutos. Bajo su sombra se han formado personas que han llegado a ser buenos ciudadanos y grandes profesionales.

Cuando empezaba en 1922 los salesianos llegaron a la ciudad de la mano de Mosén Anton Romeu i Prat, un sacerdote que se desvivió por las personas con más necesidades y en especial por niños y jóvenes.

Los inicios fueron modestos y duros, pero llenos de ilusión y esperanza. Un grupo de jóvenes salesianos venía todos los domingos desde Sarrià, villa que acababa de ser anexionada a la ciudad de Barcelona, y realizaban actividades formativas y lúdicas con los chicos del barrio. Los testimonios que nos han llegado de esa experiencia nos hablan de familia, de educación y de felicidad. En 1936 todo quedó truncado por la Guerra Civil y en los años posteriores no permitieron una actividad regular del Oratorio Festivo.

En 1955, gracias a una donación de terrenos de D. Ignasi de Ventós y Mir, y otras aportaciones de ciudadanos badaloneses y al coraje de los salesianos de Barcelona se pudo construir la primera fase de la Escuela Profesional Salesiana de Badalona. En octubre de 1956 se iniciaban las clases los primeros cien alumnos de la escuela.

El diario La Vanguardia (18.12.1956) recogió así la noticia:

“Desde largos años vienen los reverendos Padres Salesianos ejerciendo su obra cristiano-social en Badalona llamados a ella por el recordado apóstol de la caridad, reverendo Antonio Romeu, quien por sus solas fuerzas no podía atender a la ingente masa de niños y muchachos pertenecíentes a las numerosas familias que, atraídas por el señuelo de la multiplicación de industrias, iban llegando día por día a Ia ciudad. Era por allá el año 1922. Desde entonces los salesianos han contribuido de una manera eficaz al encauzamiento de tan arduo problema. Para ello crearon el Oratorio Festivo Salesiano. Mas, pronto, se vio que con él no era posible conseguir las aspiraciones que en su ánimo anidaban. Fue entonces cuando apareció el propósito de crear las Escuelas Profesionales para instruir y capacitar en ellas al aprendiz obrero. Una procer familia badalonesa —Ventós Mir— donó un gran terreno para edificar allí las escuelas. Pero aquí, por causas que sería prolijo enumerar, se abrió un dilatado período de tiempo en el que quedaron estacionadas las actividades salesianas. Mas la persistente labor realizada no podía quedar estéril y tarde o temprano debía dar sus frutos. El día 18 de julio de 1955 fue colocada la primera piedra del nuevo y magnífico edificio entonces proyectado y que sería levantado en los amplios terrenos enclavados entre las calles de Alfonso XII y Wifredo, en el corazón, precisamente, de una gran barriada obrera. Ahora, al cabo de año y medio, ha sido bendecida e inaugurada la primera e importante parte del nuevo edificio. En el acto —celebrado el día de la Inmaculada Concepción— estuvieron presentes las autoridades y ‘la Corporación municipal en pleno, presididas por el alcalde, don Santiago March, gran propulsor de esta obra eminentemente social’. En la mañana de dicho día tuvo efecto la celebración de un solemne oficio en la nueva capilla, bendiciéndose seguidamente las nuevas escuelas por el reverendo padre provincial de los Salesianos, don Tomás Baraut. Luego, y después de unas expresivas palabras pronunciadas por el citado padre y por el director del nuevo Colegio, reverendo padre Escursell, los alumnos dedicaron un sincero y emotivo homenaje a los protectores de la obra y en especial al alcalde, señor March. — Francisco de P. ALSINA”.

Aquella semilla sembrada en 1922 se convirtió en un gran árbol que hasta la fecha no ha dejado de crecer ni dar frutos. Bajo su sombra se han formado personas que han llegado a ser buenos ciudadanos y grandes profesionales. Se ha hecho mucho deporte, mucha música y teatro, se han llenado los patios con juegos, risas y de amor creando una comunidad educativa que ha acompañado el crecimiento integral de generaciones de niños, adolescentes y jóvenes.

Así, en 1966 se inauguró el santuario de M. Auxiliadora y poco a poco tomó protagonismo la actividad deportiva que tendrá el Club Esportiu DOSA (Domènec Savio) un gran referente. También en 1977 se crea el Centro Juvenil y Prejuvenil, antecesores del actual “Som-hi Tots” y pronto el grupo de teatro “El Gris” tomará fuerza.

En 2000 se construye el edificio de Educación Infantil que posteriormente todavía se ampliará con la incorporación de los alumnos y maestros de la vecina escuela Verge de la Mercè (2007). De esta forma queda configurada la escuela en 3 líneas desde Infantil, Primaria, ESO y Ciclos Formativos de Grado Medio; además de tres grupos de PFI (Programas de Formación e Inserción) destinados a aquellos alumnos que presentan mayores dificultades en los estudios y buscan una primera formación profesional.

Y junto a estos proyectos en marcha, es patente la vinculación de la Obra Salesiana con las parroquias y entidades sociales del barrio, -especialmente con aquellas que tienen como destinatarios a los jóvenes- y el compromiso para ayudar a entidades y ONG’s que trabajan en países del Tercer Mundo.

Así pues, la Obra Salesiana de Badalona se ha convertido en un referente de calidad educativa y de compromiso con el barrio y con los más necesitados, atendiendo especialmente a las clases más populares de nuestro entorno. La historia, ya centenaria, nos recuerda el largo camino realizado y la vitalidad de esta Obra Salesiana donde numerosas generaciones se han educado siguiendo el estilo salesiano. Destaca el ambiente que se vive en sus aulas y patios: la alegría, el acompañamiento de los educadores y educadoras, la visión positiva y optimista de la vida, la invitación a la mirada trascendente… y por encima de todo opción preferente por los más necesitados.

Quienes disfrutan hoy de este regalo deben mirar atrás y agradecer el esfuerzo y la confianza que pusieron salesianos, maestros, educadores del tiempo libre, entrenadores y tantas otras personas que han colaborado en el proyecto de San Juan Bosco en Badalona . En todas ellas la obra salesiana de Badalona quiere dar las gracias hoy y expresar el firme compromiso por seguir trabajando con vocación y alegría por los niños y jóvenes. Como dice el lema de la Inspectoría: ¡Nos mueve la esperanza!!

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