El Campobosco 2022 (#CPB22) ya está en tierras italianas… y los jóvenes no perdieron el tiempo en comenzar las visitas pertinentes a los lugares que marcaron la infancia y juventud de Don Bosco. Este martes, 2 de agosto, los 780 participantes fueron divididos en dos grupos –como ya se había configurado en Barcelona–, y, por una parte, el grupo A visitó en profundidad el Colle Don Bosco y sus alrededores y, por otra parte, el grupo B viajó en autobuses a Chieri y los pueblos cercanos que tienen alguna importante vinculación salesiana: Castelnuovo, Mondonio y Morialdo.
Cuna de la salesianidad
El grupo A, el que permaneció todo el día en el Colle, comenzó su jornada con una oración comunitaria en la cripta del templo salesiano para, con posterioridad, realizar la visita durante tres horas. Los jóvenes pudieron conocer algunos de los lugares más emblemáticos donde San Juan Bosco nació en 1815: La casita, donde el pequeño Juanito vivió desde los dos hasta los doce años; el Templo de Don Bosco, construido en el lugar donde se encontraba la finca Biglione –allí trabajó el padre de Don Bosco– y compuesto por dos iglesias, una en la parte superior y otra en la inferior; el Santuario a María Auxiliadora, construido entre 1915 y 1918, de estilo neogótico piamontés, por el arquitecto salesiano Julio Valotti; la casa de José, construida por el hermano de Don Bosco, cuya planta baja fue reformada para ser la actual capilla dedicada a la Virgen del Rosario (la casa también alberga el museo de la vida campesina en el siglo XIX de la región de Asti); el monumento a Juanito Prestidigitador; el Prado y Ermita del sueño de los 9 años; el Monumento a Mamá Margarita o el Museo Etnográfico Misionero.
Después de la intensa visita y de la comida, se realizó un tiempo de reunión por grupos y la posterior ‘Celebración de la Reconciliación’ en la iglesia superior del Templo de Don Bosco. Un momento de inflexión para todos los jóvenes, ya que, por medio de la confesión, Dios se encontró con ellos en el camino, salió a su encuentro. Se vivieron momentos muy emotivos, de lágrimas… pero unas lágrimas de alegría al saber que Dios los perdona y los ama como hijos suyos.
La ‘Celebración de la Reconciliación’ estuvo presidida por el salesiano español Miguel Ángel García Morcuende, Consejero General de la Pastoral Juvenil de la Congregación Salesiana.
Para el grupo A de este #CPB22 concluía un día muy intenso con la cena y un momento de tiempo interior, en el que destacó la procesión por la plaza del Templo y posterior acceso al mismo. Los participantes de este grupo A entraron con sus velas a la iglesia, solo iluminado su interior con la luz que desprendía el Cristo Resucitado ubicado en la parte final del ábside. Así, llegó a su final el día.
Por Chieri y pueblos
El grupo B, por el contrario, comenzó por la mañana con una misa en la iglesia superior del Templo de Don Bosco, presidida por Juan Carlos Pérez Godoy, Consejero Regional para Europa Mediterránea.
En el sermón, dirigido a estos jóvenes les habló de las tres ideas que se desprenden de la etapa de la vida de Juan Bosco, desde los 16 a los 26 años, que vivió en Chieri. La primera fue el discernimiento vocacional en la convicción de San Juan Bosco sabiendo el proyecto que Dios quería para él. El segundo es el valor espiritual de la amistad, destacando algunos de los buenos amigos que Juan Bosco tuvo en la etapa en Chieri, entre ellos, Jonás -el hijo del librero hebreo- y Luis Comollo -“de él aprendió como ser un buen cristiano”, dijo Juan Carlos. La tercera idea fue el fuego del corazón pastoral que Juan Bosco llevaba dentro, creando la “Sociedad de la Alegría”.
El Regional dio las gracias a la organización del Campobosco por haberle permitido estar en este día dedicado a Chieri, porque son los años más felices de Don Bosco.
Tras la Eucaristía, tomaron los autobuses. Este grupo B se dividió a su vez en dos subgrupos. Unos visitaron primero, por la mañana, Chieri y otros pueblos: Castelnuovo, Mondonio y Morialdo. Por la tarde, se intercambiaron los destinos para cumplir con las visitas que les faltaban.
En Chieri, los jóvenes se empaparon de la historia que envuelve a esta ciudad con la juventud de San Juan Bosco, en la que pasó una década de su vida. Aquí, los jóvenes participantes visitaron su catedral, donde Juan Bosco pasaba muchos ratos en oración ante la Virgen de las Gracias; el Café Pianta y su famoso ‘hueco’ donde Don Bosco llegó a dormir, mientras trabajaba limpiando el establecimiento para sacarse un dinero muy valioso para sus estudios; el Seminario de Chieri, en el que se formó para sacerdote durante 6 años; el colegio de Santa Teresa de las Salesianas, recuerdo vivo de la figura de Maín; o Santo Domingo, donde tuvieron una reflexión final en esta visita a Chieri.
La otra parte del día, el grupo B la dedicó a visitar los pueblos de Castelnuovo Don Bosco, muy cercano a la casa natal en I Becchi donde Juan Bosco recibió los sacramentos del bautismo y la comunión y pasó parte de su infancia, también visitando el primer monumento del mundo dedicado a Don Bosco; Morialdo, donde se encuentra la casa familiar de Santo Domingo Savio, alumno de Don Bosco en el Oratorio de Valdocco. En este lugar, la familia de Domingo pasó 10 años y su padre montó una herrería. Después, vieron el pueblo de Mondonio, donde la familia del joven Savio se trasladó, mientras él era alumno de Don Bosco en el oratorio de Turín. Allí, finalmente, falleció un 9 de marzo de 1857 rodeado de sus seres queridos. Y la pequeña iglesia, a la entrada del pueblo, dedicada al santo, lugar donde fue enterrado hasta 27 de octubre de 1914. Y la iglesia del pueblo en la que se vivió la relación tan estrecha entre Don Calosso y Juan Bosco. Los jóvenes visitaron todas las estancias de la casa donde vivió la familia y conocieron la vida de uno de los santos más jóvenes de la Iglesia Católica.
A eso de las 19:30 horas, terminada la visita, regresaron al Colle Don Bosco. Después de la cena, celebraron una vigilia conjunta.
Algunos testimonios
Javier Martínez, de Salesianos Madrid-Paseo, comentó, tras visitar Chieri, que “me ha gustado mucho el Café Pianta, el hueco de la escalera donde dormía Don Bosco con algunos objetos sencillos de aquella época. He podido reconectar con esta parte más humana de un joven Juan Bosco. También me ha gustado la Catedral del Duomo… eso es lo que me llevo”.
Ana Chacón, de Salesianos Cartagena, explicó que le ayudó mucho “saber que Don Bosco se apoyó en personas que le acompañaron en su discernimiento vocacional. Nos hemos visto muy reflejados en sus procesos vitales para saber también qué quiere Dios de nosotros”.
Para Cris Otero, animadora de Salesianos María Auxiliadora de Salamanca, desde esta faceta que está desempeñando en el #CPB22, “la cosa que más ilusión me ha hecho es poder vivir este Campobosco a través de los ojos de los chavales que acojo. Está siendo ilusionante y solo deseo llegar de la mano de ellos a Valdocco”.
El 3 de agosto les espera Mornese, la tierra de María Mazzarello y de las Hijas de María Auxiliadora.
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