El Centro Juvenil Citycentro, en Puente de Vallecas (Madrid), celebró su 25º aniversario el pasado 19 de noviembre. Se decidió hacer la fiesta en sábado para que pudieran disfrutar de esta fiesta los principales destinatarios del centro juvenil: los niños y los jóvenes que vienen cada sábado a disfrutar de las actividades y los grupos.
La actividad de la tarde, como suele ser habitual en las celebraciones de la fiesta de Don Bosco o de María Auxiliadora, unió a chicos y chicas de todas las edades y secciones. En esta ocasión, todos disfrutaron de una tarde de juegos. Cuando los diferentes grupos iban superando pruebas, se iba destapando un panel gigante con el logo especial del 25 aniversario.
El logo conmemorativo de los 25 años fue elegido a finales del curso pasado por los propios niños y jóvenes del CJ, además de familias, animadores y colaboradores. En total, se presentaron más de 20 propuestas.
La actividad duró toda la tarde. A continuación, comenzó la gran fiesta del 25 aniversario, a la que acudieron más de 200 personas: los propios niños y jóvenes del CJ, sus familias, los profesores del colegio, antiguos animadores y salesianos que formaron parte de la historia del centro juvenil. También acudieron Xabi Camino, Delegado de Pastoral Juvenil, y Jorge Hermida, Director de la Coordinadora Infantil y Juvenil de Ocio y Tiempo Libre de Vallecas, además de una amplia representación de los centros juveniles de Savio y Atocha, con los que el centro vallecano comparte campamentos y encuentros durante el año.
El acto principal de la celebración fue la Eucaristía, en la que Jesús Mari Peña, director del CJ, recordó la idea de que la coincidencia de la fiesta con la celebración de Cristo Rey nos debe hacer pensar que en todo lo que hagamos debe estar Jesús como referencia. Así, debemos promover la paz, la justicia, el amor, pues somos sus discípulos. Don Bosco comenzó el oratorio como un espacio educativo y de encuentro con Jesús, y nosotros estamos llamados a hacer del tiempo libre una experiencia del Reino que Jesús nos propone.
Después de la Eucaristía, continuó la fiesta: juegos para todos, exposición de fotos, camisetas y objetos curiosos de la historia del CJ, photocall, sorteos, picoteo, baile… Los asistentes disfrutaron mucho el ambiente, los reencuentros y las actividades propuestas.
La labor salesiana en Vallecas
En la actualidad, el CJ Citycentro cuenta con un gran grupo de animadores jóvenes que se han iniciado en la tarea de la animación hace poco, tras un largo proceso de disfrutar del CJ como destinatarios y haber pasado por el proceso de formación. Cada sábado, acuden unos 120 chicos y chicas de entre 8 y 18 años, primero para compartir un momento de grupo y después para participar en los juegos y la Eucaristía. Además, cada año se convocan convivencias, viajes, campamentos de verano y urbanos, y el centro juvenil participa en las Pascuas y en otros encuentros que se realizan durante el año.
El otro proyecto que vertebra la intervención de Citycentro es el Proyecto CACE, financiado por CaixaProInfancia y la Federación Valdoco. De lunes a viernes, alrededor de 65 chicos y chicas de Primaria, ESO, FP y Bachillerato acuden por las tardes al programa de refuerzo educativo de la entidad. Un programa cuya intervención va más allá de lo académico, ya que se trabaja con los chavales y sus familias en el área educativa, pero también en el plano social, familiar y lúdico. Se realizan talleres con los jóvenes y sus familias, se promueven actividades culturales y deportivas y se trabaja en red con otras entidades del barrio gracias a la Coordinadora de Vallecas.
Breve historia del Centro Juvenil
Aunque oficialmente quedó constituido como asociación en 1997, el origen del CJ Citycentrp lo encontramos en 1993. En el colegio Ciudad de los Muchachos, por esa época, había unos grupos de teatro en los que participaban adolescentes y jóvenes los sábados por la tarde (representaban obras y musicales). Se empezaron a promover diferentes actividades complementarias a esos grupos de teatro, donde los propios “actores” se convirtieron en monitores de los niños que acudían, organizando diferentes juegos y actividades. A partir de ahí, fue creciendo la oferta de ocio hasta convertirse en el centro juvenil que conocemos hoy en día.
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