Benedicto XVI y los salesianos

31 diciembre 2022

Javier Valiente

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Repasamos la relación del fallecido Papa emérito durante su pontificado con la Congregación Salesiana.

Al conocerse la noticia del fallecimiento de Benedicto XVI, el Rector Mayor de los Salesianos valoró la figura del Papa emérito y señaló que «se nos ha ido un gran Papa, un gran creyente, un gran teólogo y pensador». Repasamos ahora algunos momentos y rasgos de la relación del papa Ratzinger con la Congregación salesiana durante los ocho años de su pontificado.

Sus palabras a los Salesianos

Durante sus ocho años de pontificado (2005-2013), tuvo varias muestras de cercanía hacia la Familia Salesiana. En octubre de 2006, por ejemplo, firmó el decreto proclamando venerable a Margarita Occhiena, Mamá Margarita, y animó a los salesianos a continuar con el proceso de beatificación de la madre de Don Bosco.

Además de los discursos en viajes oficiales, el Papa Benedicto XVI también expresó palabras de aliento a los Salesianos en diferentes ocasiones.

Su pontificado coincidió solo con un Capítulo General de la Congregación, el CG26, celebrado en 2008 con el lema ‘Da mihi animas, cetera tolle’ (‘Dame almas, llévate lo demás’). Al inicio del mismo, el Papa alemán envió una carta a los participantes en la que hablaba de la importancia de que cada salesiano se inspire en Don Bosco: “El carisma de Don Bosco es un don del Espíritu para todo el Pueblo de Dios, pero solo en la escucha dócil y en la disponibilidad a la acción divina es posible interpretarlo y hacerlo actual y fecundo”. También agradecía y animaba la labor educativa y evangelizadora de los salesianos en medio de las dificultades de cada época: “Hay que ayudar a los jóvenes a valorizar los recursos que llevan dentro como dinamismo y deseo positivo; ponerles en contacto con propuestas ricas de humanidad y de valores evangélicos; estimularles a que participen activamente en la sociedad por medio del trabajo, la colaboración y el compromiso por el bien común”.

Al final del Capítulo General XXVI, Benedicto XVI mantuvo un encuentro con los capitulares, en el que les expresó: “Deseo vivamente que toda la congregación salesiana, también gracias a los resultados de vuestro capítulo general, viva con renovado impulso y fervor la misión para la que el Espíritu Santo, por la intervención maternal de María Auxiliadora, la suscitó en la Iglesia. Hoy quiero animaros a vosotros, y a todos los salesianos, a seguir por el camino de esta misión, con plena fidelidad a vuestro carisma originario, en el contexto del ya inminente bicentenario del nacimiento de Don Bosco”.

En 2010, respondió a una carta enviada en mayo por el entonces Rector Mayor, Pascual Chávez, y los obispos salesianos, en la que le expresaban su cercanía en los momentos de tribulación experimentados por la Iglesia, especialmente por el escándalo de los casos de pedofilia en su seno. “Este pensamiento reflexivo de solidaridad, manifestado en una situación delicada también para toda la Iglesia, ha despertado en mi corazón una profunda gratitud, también porque es un signo de esa intensa comunión y de ese ardiente afecto que los hijos espirituales de San Juan Bosco Siempre se han nutrido hacia el Sucesor de Pedro”, contestó el entonces Sumo Pontífice.

Nombramiento de obispos y creación de cardenales salesianos

Un total de 34 salesianos fueron nombrados obispos por Benedicto XVI. Durante su pontificado, nombró tres cardenales salesianos: Joseph Zen Ze-kiun, obispo emérito de Hong Kong; Raffaele Farina, archivero del Archivo Secreto Vaticano y prefecto de la Biblioteca Vaticana; y Angelo Amato, quien fuera Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos.

Benedicto XVI confió el cargo de secretario de Estado de la Santa Sede en un salesiano, el cardenal Tarcisio Bertone. Además, lo nombró cardenal camarlengo, por lo que ejerció como cabeza de la Iglesia Católica durante el periodo de sede vacante entre la renuncia del Papa alemán y la elección del Papa Francisco en 2013.

Su paso por las casas salesianas

 

 

Benedicto XVI visitó en varias ocasiones casas salesianas. En el verano de 2005, siguiendo una tradición iniciada por su predecesor, San Juan Pablo II, pasó tres semanas en el Valle de Aosta, invitado por la casa salesiana de Les Combes. En este ambiente de retiro, comenzó a trabajar en su primera encíclica, ‘Deus Caritas est’. Repitió estancia en Les Combes en los veranos de 2006 y 2009.

Su primera reunión con salesianos en calidad de Obispo de Roma tuvo lugar el 24 de febrero de 2008, III Domingo de Cuaresma. El Papa germano visitó la parroquia salesiana de Santa María Liberadora, situada en el popular barrio romano del Testaccio, con motivo del centenario de su consagración y apertura al culto. Allí recordó a uno de los párrocos históricos de esta comunidad, el venerable don Luis María Olivares, salesiano en proceso de beatificación, e invitó a toda la comunidad parroquial “a perseverar en el compromiso educativo, que constituye el carisma típico de cada parroquia salesiana”.

El 21 de marzo de 2009, durante el viaje apostólico que realizó a Camerún y Angola, Benedicto XVI celebró la Santa Misa en la parroquia salesiana de San Pablo, en Luanda. Cerca de 3.000 personas, entre sacerdotes, religiosos, catequistas y representantes de movimientos eclesiales de Angola y Santo Tomé, asistieron a la celebración. El entonces Sumo Pontífice expresó con gran humildad: “Permitidme finalmente dirigir unas palabras a los salesianos y a los fieles de esta parroquia de San Pablo que nos reciben en su iglesia, quienes no han dudado en dejarnos el lugar que habitualmente les corresponde a ellos en la asamblea litúrgica. He sabido que se encuentran reunidos en el campo contiguo y espero, al final de la Eucaristía, poder verlos y bendecirlos, pero ya desde ahora les digo ‘¡muchas gracias!’. Que Dios suscite entre vosotros y por medio vuestro tantos apóstoles que imiten a vuestro santo fundador”.

A finales de 2011, en el marco de su viaje apostólico a Benín, Benedicto XVI se benefició de la atención salesiana: la cama en la que descansaba en esos días estaba hecha por jóvenes de la obra salesiana de Porto Novo; mientras que a la cocina de la Nunciatura Apostólica, donde estuvo alojado, estaban vinculadas las Hijas de María Auxiliadora y sus alumnas.

En varias ocasiones, el Pontífice alemán celebró la Misa con ocasión de la solemnidad de la Asunción de María en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva, situada en Castel Gandolfo, donde solía veranear. La Misa en la parroquia –animada por los Hijos de Don Bosco desde la época del Papa Pío XI– era una cita a la que Benedicto XVI se mostró muy fiel en sus años de pontificado, a no ser que se encontrara comprometido en otras partes del mundo.

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