El encuentro motero une a profesores en activo, antiguos alumnos y amigos con el mismo espíritu de Familia Salesiana en un tiempo para compartir afición, tiempos y vivencias.
Los 36 participantes iniciaron su viaje visitando, el sábado, la población de Almadén conociendo así las minas de Mercurio (patrimonio de la Humanidad). “Tuvimos la suerte de que nuestro guía fue el último minero que trabajo en la mina, por lo que los relatos y anécdotas que nos contó fueros emotivos para él, Candi es su nombre”, explican desde la organización.
Ya por la tarde, conocieron el antiguo hospital minero y la plaza de toros de la localidad. Esta plaza es hexagonal, única en el mundo y reconocida como bien de interés cultural. “El Mayoral de la plaza nos explicó su historia y nos enseñó el museo taurino que él mismo creó en la plaza, guía de lujo (él fue hijo y nieto de toreros y mozo de espadas de toreros de renombre)”, completan.
Bendición
El domingo les acogía la escuela salesiana de Ciudad Real, donde además de hacer una visita al Centro, su director, Antonio Esgueva, dio la bendición a las motos y a los motoristas, actividad tradicional y obligada de los Encuentros Moteros Salesianos.
“La festividad de María Auxiliadora marca la fecha de este Encuentro anual que todos esperamos con ilusión para encontrarnos, la amistad y compañerismo generado en este grupo, que cada año trae algún nuevo miembro (incluidos niños y bebés) es un vínculo que nos une de verdad”, concluye Javier Alonso, profesor en Salesianos Padre Aramburu de Burgos y coordinador de los encuentros moteros.
Precisamente, el próximo año el V Encuentro se celebrará en Burgos, donde serán recibidos por Salesianos-Padre Aramburu, centro dedicado a la Formación Profesional.
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