Los Salesianos Cooperadores (SSCC) son mujeres y hombres laicos, que en muchos casos están casados y tienen su propia familia. No obstante, tienen una vocación específica, que manifiestan haciendo una promesa en favor de la misión salesiana.
La historia de los Salesianos Cooperadores (SSCC) se remonta a la época de Don Bosco, quien desde el principio quiso colaborar con los laicos al servicio de la educación para los jóvenes. Desde 1850 los asoció a su misión, en el oratorio Valdocco, en Turín. Fue en 1876 cuando se reconoció su existencia oficial. Aquí hay un breve perfil de esta importante rama de la Familia Salesiana, caracterizada por su originalidad y especificidad.
La identidad del Salesiano Cooperador radica sobre todo en la misión que le es propia: la construcción de un mundo verdaderamente humano y la construcción de la Iglesia, local y universal, especialmente por parte de los jóvenes. Don Bosco escribió que «convertirse en Cooperadores Salesianos era una forma práctica de ser útil a la sociedad y promover buenas costumbres». ¡Don Bosco todavía hablaba de «ciudadanos honestos y buenos cristianos»! Se trata de captar el significado de estas palabras y traducirlas hoy en un compromiso concreto.
El Salesiano Cooperador debe «pertenecer a las masas y tomar la palabra», escribió Don Giuseppe Casti, Delegado Salesiano Mundial de Cooperadores Salesianos. Esto significa que los Salesianos Cooperadores deben ser la voz de quienes no tienen voz, es decir, los pobres, los socialmente desfavorecidos. «La búsqueda del bien común requiere una búsqueda permanente, una progresión gradual. Requiere perseverancia y un cierto rigor», agregó.
En un tiempo como el presente, los Salesianos Cooperadores deben ser capaces de enfrentar las emergencias junto a los más débiles y amenazados por las inseguridades económicas y políticas. Y esto según una ética que hace crecer, rechaza la vanidad y busca siempre la verdad. Don Bosco era un soñador y quería que sus sucesores fueran utópicos realistas.
Hoy la presencia de los Salesianos Cooperadores está creciendo en todo el mundo y en los cinco continentes. Su número excede las 30.000, en 60 países, como lo atestigua el Secretario Mundial de los Cooperadores Salesianos, Filippo Servili. En sus diferentes misiones y estilos de vida dan una impronta especial a todas sus actividades donde quiera que estén. Como dijo Don Bosco: «Completarás el trabajo que empiezo. Bosquejo, ustedes pondrán los colores».
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