Cerca de 1.000 millones de niños y niñas de todo el mundo, de un total de 1.500 millones de menores en edad escolar, no saben si podrán volver a las aulas por el cierre de éstas y por la incertidumbre de la situación por el coronavirus, según la Unesco.
El coronavirus ha puesto en peligro años de esfuerzo para un acceso universal a la educación. Millones de niños y niñas vieron en marzo sus oportunidades truncadas con el cierre de las escuelas en la mayoría de países del mundo. El riesgo está en que muchos de ellos, alrededor de 24 millones no volverán jamás a una escuela, según alerta la Unesco. “Es un grave peligro porque la educación es fundamental para el desarrollo de los menores y una medida básica para luchar contra la pobreza”, advierte Eusebio Muñoz, director de Misiones Salesianas.
Más de 258 millones de niños, niñas y adolescentes en el mundo no van a la escuela porque viven en lugares en conflicto, porque se ven obligados a trabajar o porque sufren discriminación. En este sentido, las niñas tienen menos oportunidades y una de cada tres procedentes de hogares pobres no sabe lo que es ir al colegio. Por tanto, el reto de la educación de calidad para todos (ODS4) parece estar más lejos que nunca.
En muchos países en los que trabajamos hemos desarrollado sistemas de aprendizaje online, como en México, donde al menos 8.800 alumnos no perderán el curso. También se preparan en Brasil, Angola o Camboya. “Pero no en todos los lugares se pueden realizar estas iniciativas. Por ejemplo, en zonas rurales de países del Sur o en campos de refugiados, donde ni siquiera hay electricidad, es imposible”, explica el director de Misiones Salesianas. Así, en Nepal, por ejemplo, se han puesto en marcha Aulas Comunitarias, espacios alquilados para que puedan ir grupos de diez menores a seguir sus clases. En India, en el distrito de Tiruvannamalai, estamos trabajando con las comunidades dalits para acercarles las nuevas tecnologías y que los niños y niñas puedan seguir sus clases a través de smartphones.
En la actualidad, más de 1,5 millones de niños y niñas se forman en centros salesianos en los cinco continentes. “Nuestra preocupación es que lo hagan de la forma más segura posible y que los centros puedan abrirse. No queremos que los menores pierdan la oportunidad de educarse, de jugar con los amigos, de aprender juntos… Sobre todo, no queremos que ningún niño se quede atrás”, insiste Muñoz.
Garantizar la educación y las medidas de seguridad para evitar la expansión de la epidemia son las claves que reivindicamos ante la conmemoración, el 8 de septiembre, del Día de la Alfabetización. Y por eso, en Misiones Salesianas ha lanzado la campaña Vuelta al cole sin sonrisas. “Si no vemos las sonrisas de los niños y niñas es que hemos logrado que todos lleven mascarillas y que las escuelas sean unos espacios más seguros para el alumnado”, explica el director de la organización.
Ante la coincidencia el 8 de septiembre del Día de la Alfabetización y de la ‘vuelta al cole’ para muchos menores, desde Misiones Salesianas quieren conseguir el objetivo de no dejar a ningún niño atrás y piden a la comunidad internacional que se comprometa para hacer realidad una educación de calidad para todos lo antes posible.
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