Los participantes, en su mayoría orientadores y orientadoras de los centros de Salesianos Santiago el Mayor, han destacado la utilidad de toda la información recibida en esta primera sesión y las claves para acompañar a los alumnos, que van a recibir a lo largo de las 4 sesiones.
Es necesario acompañar
En este primer encuentro se contó con la profesora Virgina Cagigal. Virgina es doctora en psicología y profesora del Departamento de Psicología y Psicoterapeuta de la Unidad Clínica de Psicología de la Universidad Pontifica de Comillas.
“Solo en el año 2022, hubo 333 suicidios en España de jóvenes entre 15 y 29 años”, con este dato impactante comenzaba su exposición.
En esta primera videoconferencia, de las cuatro que conforman los diálogos, Cagigal despertó en los asistentes la necesidad de acompañar a los alumnos y de proporcionar cauces donde puedan expresar cómo se sientan, «nuestra tarea no es la del terapeuta, pero podemos hacer muchas cosas para que los alumnos estén en una disponibilidad distinta».
¿A qué prestar atención en el colegio?
Cagigal habló de 4 grupos de alumnado:
- Alumnos con trastornos de estado de ánimo, ansiedad.
- Autolesiones no suicidas
- Alumnos que comunican su desesperanza y posible ideación.
- Alumnos que sobreviven a intentos de suicidio: plan que implique a la comunidad.
Explicó que «el niño no puede escapar de ese sufrimiento y no encuentra la ayuda que necesita, es tan grande el dolor psicológico que el físico lo alivia (en el caso de las autolesiones). Suelen ser niños muy melancólicos, solitarios, con mucha ansiedad. Lo que no pueden poner en palabras se traduce con una acción (violenta, amargada…). Ellos no tienen muchas habilidades para hablar de los estados emocionales. A veces lo consideramos solo una llamada de atención, pero si un niño tiene que llamar la atención con una cosa tan grave, qué es eso que le está ocurriendo que tiene que recurrir a pensar en quitarse la vida».
“Un niño con seguridad afectiva construye su identidad en positivo, puede hacer un proyecto de vida. Un niño dañado o socialmente atenazado o que no tiene red de amigos no construye bien su identidad. Por eso necesita algún adulto que esté atento a sus emociones y que las acompañe, personas que se comprometen para estar presentes en sus vidas, que transmiten afecto, ternura, amor. Apego seguro”, profundizaba.
Formación necesaria
La formación que estos educadores van a recibir a través de esta iniciativa les puede ofrecer herramientas que hagan que puedan estar más atentos a estas situaciones. Una de ellas la de aprender a distinguir entre las diferentes formas de apego e insistió en la importancia de la escucha a los adolescentes. “La escucha es preventiva”, explicó.
Consta de 4 sesiones en formato de videoconferencia en las que se abordarán aspectos que ayuden a crear contextos seguros y protectores y a conocer señales sobre la conducta suicida y respuestas que se pueden dar a esas señales. Para promover el diálogo y la reflexión contarán con Virgina Cagigal y Ernesto Gutiérrez Crespo, orientador y colaborador con las Universidades de Deusto y del País Vasco.
Una vez finalizadas las sesiones, los participantes enviarán sus reflexiones y sugerencias prácticas sobre el tema, a partir de las cuales elaborará un documento conjunto.
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