El Papa León XIV ha pasado la mañana del 3 de julio, en compañía de los más pequeños: primero, con unos 300 niños y jóvenes procedentes de Ucrania y acogidos durante el verano por la Cáritas italiana; después, con los 310 niños y jóvenes que participan en el Centro de verano para niños en el Vaticano, “Estate Ragazzi in Vaticano”, en el Aula Pablo VI, organizado por los salesianos del Vaticano. El Pontífice se reunió con ellos poco antes de las 12 del mediodía, al final de las audiencias.
Acogido por los animadores del centro de verano – informa un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede – el Papa habló con los niños y respondió a algunas preguntas. Habló de su infancia, de la asistencia a misa, donde conoció a otros niños, a otros amigos, pero sobre todo del lugar donde conoció «al mejor amigo, Jesús».
A continuación, habló sobre la diversidad y la acogida, dirigiendo primero unas palabras de bienvenida en inglés a los niños ucranianos, y añadiendo que «es importante respetarnos unos a otros, no detenernos en las diferencias, sino construir puentes, amistad, todos podemos ser amigos, hermanos, hermanas».
Respondiendo a una pregunta sobre la guerra, el Pontífice explicó cómo, ya desde niños, es necesario aprender a ser constructores de paz y amistad, no entrar en guerras y batallas, nunca promover el odio y la envidia: «Jesús nos llama a todos a ser amigos» porque es importante «aprender desde pequeños a tener respeto mutuo, a ver en el otro a uno como yo».
Los niños y jóvenes llevaron regalos al Papa, entre ellos objetos que habían fabricado durante el centro de verano, así como “gadgets” del centro estival, dibujos y obras realizados por los pequeños ucranianos. Al final, después de tomarse fotos juntos, el Papa León invitó a todos a rezar juntos el Ave María, y bendijo a los presentes.
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