Fruto del trabajo de los “círculos menores” o grupos lingüísticos y de la Asamblea, se llegó al Documento Final, que ahora se comparte. El documento mira a la realidad de los jóvenes del mundo y de la Iglesia, identificando las percepciones, emociones y expectativas de los jóvenes. Y estimula a los agentes de pastoral a una reflexión serena y abierta: ¿Qué necesitamos cambiar para que los jóvenes pasen de espectadores a protagonistas en la Iglesia y la sociedad? ¿Qué piensan, sienten y quieren los jóvenes?
“Quizás hemos de aprovechar esta hora sinodal para apuntar hacia una pastoral más mistagógica, que eduque en la interioridad y suscite la experiencia de Dios en todo momento, que ayude a descubrir la propia vocación y priorice el acompañamiento pastoral”, señala don Miguel Ángel García, Consejero para la Pastoral Juvenil.
Las propuestas del Documento Final profundizan la vivencia de la Espiritualidad Juvenil Salesiana en una dimensión internacional, transformando estas páginas en una gran celebración del camino de evangelización realizado en todo el mundo salesiano. Ayudan a descubrir el corazón de los jóvenes para encontrar allí esas vibraciones del Espíritu que ayuden a inventar nuevos caminos y fuentes de la fe. No hay nada en las culturas juveniles que no resuene en nuestro corazón.
Al terminar estos días de gracia, se puede destacar que hemos asistido a una cita con la historia. Hemos estado presentes en un momento inolvidable. En el Sínodo nos han acompañado el sol del verano y la luz de ese otro sol que nace de lo alto y al que hemos recibido cada día en la Eucaristía.
Es hermoso constatar que los jóvenes quieren emprender la hermosa aventura de conducir a Jesús a sus compañeros y amigos, con quienes comparten grandes ideales, luchas y derrotas en la búsqueda del advenimiento de la civilización del amor, de la solidaridad y de la paz.
En los diálogos para llegar a estas conclusiones, se ha podido constatar la diversidad cultural, de realidades juveniles y de Iglesia, pero también la unidad que regala el carisma de Don Bosco, identificándonos con unas mismas maneras de asumir la vida y la fe. Ha sido motivo de gran alegría ver la participación, el entendimiento y comprensión, la capacidad de trabajo y discernimiento y el compartir juntos muchos momentos de reflexión, cultura, oración, proposición.
0 comentarios