Durante estas semanas, se han llevado a cabo una serie de actividades destinadas a involucrar a niños, niñas y jóvenes en esta causa, así como a sus familias y a la gente del barrio. Se han realizado talleres creativos, cine y charlas educativas donde se ha explorado el impacto de la vulneración de los derechos de la infancia. Además se ha destacado el incansable trabajo de Misiones Salesianas en la promoción del desarrollo integral de estas personas y hemos podido visitar su exposición «Somos Refugio».
El compromiso con la solidaridad también se reflejó en un mercadillo solidario, donde se ofrecieron una variedad de productos de comercio justo, así como otros elaborados por las personas participantes de las diferentes realidades salesianas. Compartimos también una cena en familia para recargar energías. Y para endulzar aún más la ocasión, no faltaron las exquisitas rosquillas solidarias de las ADMAS, ni el gran espectáculo de música y color “El candilazo”.
Con todos estos ingredientes, combinados con un puñado de solidaridad hemos elaborado una masa muy especial y cada granito cuenta para hacer del mundo un lugar mejor. Gracias a todas las personas que han colaboradora y participado en estos días.
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