Una parroquia de Barcelona ha estrenado uno de los columbarios más grandes de Europa. En la víspera de Todos los Santos, el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, inauguró con sus bendiciones este espacio con una capacidad para unas 16.000 urnas para depositar las cenizas de los difuntos. Este lugar, bautizado como mausoleo metropolitano de Barcelona, se localiza en la iglesia Sant Joan Bosco del barrio de Navas, en el distrito de Sant Andreu. En concreto, se ubica en el sótano y ocupa unos 900 metros cuadrados, divididos en diferentes zonas.

Estas instalaciones son cada vez más frecuentes en las parroquias en un momento en el que la incineración sigue creciendo en España. Esta opción supuso el año pasado casi un 48% del total de defunciones, un 3% más que el anterior ejercicio, según datos del último informe de Panasef, la asociación nacional de servicios funerarios.

La ubicación del nuevo columbario tampoco es casual y se ha escogido esta parroquia al estar en la avenida Meridiana, una de las principales vías de entrada y salida de Barcelona, además de disponer cerca transporte público, con paradas de metro y tren. Hay distintas modalidades de columbarios, desde individuales con capacidad para una urna hasta dobles para dos o familiares para cuatro y hasta ocho receptáculos. “El mausoleo metropolitano de Barcelona pretende dar un espacio respetuoso a los familiares y seres queridos que van a descansar aquí”, ha destacado Santi Bach, el presidente de Coral Memorial, grupo encargado de hacer el columbario y especialista en la gestión de estos espacios en centros religiosos.

Uno de los principales retos de este lugar fue la iluminación al estar en el sótano de la parroquia. Para ello, se colocaron luminarias circulares que coronan el mausoleo y sobresalen doce grandes vitrales retroiluminados que simulan la entrada de luz natural.“Hemos querido ofrecer un espacio cálido y acogedor que recuerde la vida y aleje a las personas el recuerdo triste que puedan tener en la mente cuando van al cementerio”, ha explicado Quique Montoya, arquitecto del grupo Coral Memorial, encargado del proyecto junto al arquitecto Vicenç Brossa.

Otra de las dificultades consistió en adecuar el espacio a la normativa de protección contra incendios y realizar las salidas de emergencia. El mausoleo dispone de un acceso independiente a la parroquia desde la calle con un vestíbulo recubierto en madera. También hay un guiño arquitectónico a Antonio Gaudí en unas de las zonas con unos arcos parabólicos inspirados en los que ideó en el colegio de las Teresianas de la calle Ganduxer.

En cuanto a los motivos de los vitrales, hay imágenes artísticas de lugares emblemáticos de Catalunya, como de la Fageda d’en Jordà o del interior de la Sagrada Família, que representan el paso del tiempo a través de las cuatro estaciones. “Esta distribución también es una referencia a los cuatro estadios de la vida y a los cuatro puntos cardinales que nos orientan en el recorrido del sol”, ha detallado el artista Alfons Ollé Coderch, autor de los vitrales.

Este viernes y el sábado habrá una jornada de puertas abiertas para dar a conocer el nuevo columbario. El templo Sant Joan Bosco, en honor al fundador de la comunidad salesiana, se inauguró en 1974 y destaca por su arquitectura moderna con un edificio en forma de pirámide y su fachada metálica.