El Santuario de María Auxiliadora de Madrid se llenó de fieles ayer para celebrar un funeral en memoria del misionero salesiano Antonio César Fernández, asesinado durante un ataque terrorista en Burkina Faso el pasado 15 de febrero. El religioso viajaba aquel día en coche de regreso a su comunidad de Uagadugú (Burkina Faso), junto con dos salesianos togoleses, tras participar en el Capítulo Provincial de la Inspectoría Salesiana de África Occidental (AFO). 40 kilómetros después de atravesar la frontera sur de Burkina Faso, fueron asaltados por terroristas yihadistas, que dispararon mortalmente al misionero español.
Cientos de personas, entre las que había un gran número de religiosas y religiosos de diferentes congregaciones, se unieron a la celebración del funeral ayer. Fue una muestra del afecto que ha mostrado durante las últimas semanas toda la Iglesia hacia la Familia Salesiana. La Eucaristía fue presidida por el provincial de la Inspectoría Salesiana Santiago el Mayor, Juan Carlos Pérez Godoy, y concelebrada por el vicario episcopal para la Vida Consagrada, Elías Royón SJ, y el vicario episcopal de la Vicaría V, Juan Pedro Gutiérrez, así como por varios salesianos sacerdotes.
«César me parece un santo no solo por cómo murió, sino por toda su vida», expresó Pérez Godoy, quien confesó al inicio de su homilía que lloró el pasado 15 de febrero. El provincial recordó las circunstancias en las que fue asesinado César Fernández, con ciertas similitudes con la muerte de Cristo en la cruz: «Era un viernes, a las 3 de la tarde. Fue atravesado tres veces, por tres disparos». Además, resaltó el hecho de que el misionero viajara en coche, cuando podría haberse desplazado en avión.
La vida de César Fernández estaba íntimamente ligada al continente africano. El misionero salesiano fue uno de los fundadores de la presencia salesiana en Togo, país al que enviado en el marco del ‘Proyecto África’ del entonces Rector Mayor de los Salesianos, Don Egidio Viganò. «La sangre de César hará fecundar la semilla del Evangelio en la tierra africana en bien para la Iglesia, y especialmente de los jóvenes más necesitados de África», aseguró Pérez Godoy.
El provincial salesiano mostró «sentimientos de acción de gracias al Señor por personas como César», que «nos estimulan a seguir viviendo con fidelidad nuestra vocación». Y acabó con una petición: «Que el Señor nos dé su luz para aceptar estos momentos y su fuerza para vivir con los mismos ideales que César».
Al finalizar la Eucaristía, los fieles se acercaron a Juan Carlos Pérez Godoy para expresarles su pésame, muchos de ellos en representación de sus congregaciones religiosas o movimientos eclesiales.
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