Del 30 de junio al 3 de julio se celebró en Sevilla la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo de la ONU. Esta fue una cita clave para la movilización de políticas y recursos para el desarrollo ante la representación gubernamental mundial.
Bajo esta premisa, y con el objetivo de mantener el compromiso en el tiempo, las principales organizaciones de la Iglesia en España se unieron bajo la petición de cancelar la deuda externa y la “deuda ecológica” a los países empobrecidos.
«La deuda por esperanza ha sido uno de los llamamientos más claros que se han sentido en la reciente conferencia y durante el Foro de la Sociedad Civil previo. Un llamamiento de todas las organizaciones de iglesia y de la sociedad civil que nos hemos dado cita en estos días para poner voz al clamor de tantos pueblos que tienen vulnerados sus derechos que les impiden tener una vida digna”, compartía Joaquín Rodríguez, director de la ONGD Bosco Global, sobre el sentido del encuentro que contó con eventos paralelos como espacios de escucha atenta y de diálogo constructivo con las organizaciones que están sufriendo las injusticias en los países empobrecidos.
”En estas jornadas hemos podido vivir dos grandes experiencias. Por un lado, todo el ámbito formal de la propia Cumbre (FfD4), con los discursos institucionales, los pseudo compromisos, los equilibrios de los países ricos para que poco cambie el estatus frente a los países pobres dando voces en el desierto que reciben muy poco eco institucional. Todo ello, en un marco de la ONU, con mucha voluntad y escaso margen de actuación por el poder del FMI, el Banco Mundial y el G20”, añadía desde el análisis de las principales reacciones generadas.
Los Salesianos, a través de la ONGD Bosco Global, participaron junto a la Conferencia Episcopal Española -a través de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y la Promoción Humana, la Subcomisión para la Acción Caritativa y Social y el Departamento de Ecología Integral-; el Arzobispado de Sevilla; la alianza “Enlázate por la Justicia” de Sevilla a la que pertenece la ONGD salesiana; Cáritas; CONFER; Justicia y Paz; Manos Unidas; el HUB España de la Economía de Francisco, o REDES, donde también se integra la entidad Misiones Salesianas.
”Misiones Salesianas, junto con otras entidades representantes de la Iglesia Católica, apostamos por dar un papel importante a la sociedad civil en un contexto donde los gobiernos y el sector privado se reunían. Es fundamental establecer, a través del compromiso de Sevilla, las pautas de un nuevo ámbito de trabajo en la financiación para la cooperación del desarrollo donde los países del sur tengan voz propia y un papel importante en la gestión de la deuda, sin que sea un límite y un impedimento para que sus poblaciones de niños, niñas y jóvenes con las que trabajamos no tengan un futuro garantizado. Es una oportunidad para que se oiga nuestra voz y representar también así a todas las personas que colaboran con nosotros”, compartía Bruno Fernández, responsable de Misiones Salesianas para la obtención de recursos para la solidaridad.
”Defendemos en este diálogo global un modelo de financiación más justa y transformadora, basada en la defensa de derechos. La realidad ofrece datos que es necesario cambiar. Más de la mitad de los países menos desarrollados dedican al pago de intereses de la deuda más recursos que a la inversión en salud y educación. Es necesario reformular los procesos de financiación y de cooperación internacional”, añadían desde Misiones Salesianas recordando que, a cinco años para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, falta aún mucho por conseguir. “En un mundo interdependiente, la justicia económica global es urgente”.
Esta cita fue una oportunidad para reclamar un modelo justo de cooperación, donde los países del Sur Global tengan voz propia y donde la deuda no condene su futuro. “Los Estados deben dedicar más recursos en educación y salud y para alcanzar el 0,7% del PIB en ayuda al desarrollo. Los organismos multilaterales imponen decisiones en condiciones asimétricas. Reclamamos un marco multilateral justo e inclusivo, con una nueva arquitectura financiera internacional. Por ello, no hay paz sin justicia social. Y no hay justicia social con estructuras económicas que perpetúan la pobreza. Defendemos una economía basada en la dignidad humana donde los Estados y el sector privado trabajen conjuntamente en cooperación al desarrollo”, explicaban tras la participación.
Esta conferencia se vive como una oportunidad histórica, para que en el marco del Jubileo de 2025, se establezcan nuevos puentes para construir confianza y esperanza.
Motivos de esperanza
Con el documento final de la Cumbre “Compromiso de Sevilla” los Salesianos confían en una ruta compartida que al menos establece algunos mecanismos y criterios para mejorar la situación actual.
”Especialmente en lo referente a la Deuda, que es el gran lastre que genera mayor inequidad e injusticia. También sale reforzado el papel de la Cooperación en cuando al aumento de los recursos, y la revisión de una fiscalidad más justa”, añadían desde Bosco Global.
Unidad de la iglesia
Se valora de forma positiva el sentido del año jubilar ya que ha reforzado el trabajo conjunto y el mensaje unitario de estos espacios para entidades como Bosco Global o Misiones salesianas, y organizaciones en las que se integran como REDES o la plataforma Enlázate por la Justicia, ya que permite alinearse para urgir en la adopción de medidas de justicia económica global.
”El Jubileo de 2025 interpela a revisar de forma crítica las lógicas que rigen la deuda internacional, para impedir que continúe siendo una carga que asfixia a los pueblos más empobrecidos. Esta celebración nos invita a imaginar e impulsar sistemas económicos que prioricen la vida, la justicia y el respeto de los derechos humanos por encima de los intereses financieros”, comparten con la esperanza de situar otros mensajes en la agenda global, además de potenciar el trabajo en red de la sociedad civil y confiar en un mayor protagonismo juvenil.
Todos estos elementos son el presente tras la IV conferencia de Naciones Unidas bajo una mirada esperanzada al futuro próximo.
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