Marlene Horna: «Se necesitan una mayor concienciación, formación y recursos»

22 enero 2025

Salesianos Comunicación

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Marlene Horna Castiñeiras ha sido la docente en la formación que Salesianos Santiago el Mayor ha programado para que docentes de todas las etapas adquieran una comprensión completa y profunda de las características del Transtorno del Espectro Autista (TEA) y conozcan estrategias básicas de apoyo educativo e inclusión.

Con motivo de la celebración de los cursos: «El alumnado con TEA en el aula», en Deusto, Ourense y Madrid, Salesianos.info ha tenido la oportunidad de entrevistar a esta experta en la materia, quien ofrece pautas e ideas de gran interés educativo.

La psicóloga, Marlene Horna Castiñeiras, lleva desde hace más de veinte años trabajando en el apoyo a personas en el espectro del autismo y a sus familias, así como a otros profesionales relacionados, y desarrolla su labor en los contextos naturales de la persona (casa, centro educativo, comunidad). Además, es consultora y formadora en diferentes asociaciones, federaciones, centros educativos, centros de formación del profesorado y cursos de posgrado.

Fruto de su experiencia apoyando y colaborando con personas en el espectro, familias, docentes y otros profesionales, ha publicado en 2021 el libro que ya se ha convertido en una referencia en autismo: «Niños y niñas en el espectro del autismo. Comprensión y estrategias prácticas de apoyo educativo», de Editorial CCS.

Salesianos.info: Eres especialista en impartir formación sobre el espectro del autismo ¿cuáles son las mayores dificultades que ves en torno a la formación del profesorado?

Marlene Horna: La mayor dificultad que veo, no solo en el profesorado, sino en toda la sociedad es la de comprender a todos estos niños y niñas, jóvenes y personas adultas. Además de la de ser conscientes de que el comportamiento que observamos no es solo el resultado de sus capacidades y retos personales, sino de estos en interacción con el entorno en el que tienen lugar (social, sensorial, físico, programático), y que estos entornos pueden ser más o menos facilitadores, accesibles y amigables para la persona o, por el contrario, complejos, plagados de barreras u hostiles. Y si esta comprensión de la persona, del entorno y la interacción entre ambos falla, es como si fallara el diagnóstico de un médico, por lo que las interpretaciones, intervenciones, estrategias y apoyos que se pongan en marcha, muy probablemente, fracasen también.

Hay centros educativos y profesionales que comprenden, valoran, respetan y apoyan al numeroso alumnado neurodivergente en sus personales trayectorias de desarrollo, o lo están intentando, y otros que, simplemente, no. Que no están dispuestos. Muchas veces, no es tanto una cuestión de contar o no con una mayor o menor formación, sino de la actitud para querer comprender, escuchar a la persona y su familia y aprender.

SI: Has impartido la formación a un grupo importante de profesorado de diferentes etapas de los centros de nuestra inspectoría, ¿qué es lo que más te ha llamado la atención?

MH: Destacaría el gran interés, la buena actitud y la fuerte implicación de los profesionales participantes. Mientras se imparte una formación, es posible, a la vez, conocer bastante bien al público que escucha a través de la observación de aspectos tales como la atención que presta, cómo observa y reacciona a lo que se comenta, las notas que recoge, el número y tipo de preguntas que hace, etc. y en todo ello he sentido una maravillosa conexión para reflexionar y aprender juntos y, sobre todo, un gran interés por conocer, comprender y apoyar mejor a su alumnado en el espectro del autismo. Han sido unas formaciones en las que yo, personalmente, he disfrutado mucho.

SI: ¿En qué se diferencian las herramientas utilizadas en las etapas de Infantil y Primaria con las de etapas superiores?

MH: Las estrategias de apoyo, en general, serán en su mayoría similares, aunque, como siempre, hará falta adaptarlas a la edad del estudiante y a las nuevas necesidades que surgirán tanto de la persona como de su entorno. En este sentido, quiero hacer hincapié en recordar que no solo me estoy refiriendo a habilidades y destrezas académicas, sino también a las nuevas necesidades emocionales y relacionales.

Además, en etapas superiores habrá que realizar otros ajustes dependientes de factores específicos importantes: la existencia de un número de recursos muy inferior; el mayor número de docentes por estudiante y la menor supervisión directa; la menor formación y, a veces, interés del profesorado en la comprensión y apoyo al alumnado neurodivergente; el menor contacto con las familias; posibles dificultades en la orientación vocacional; las nuevas habilidades académicas y de autonomía personal requeridas al estudiante, tales como la planificación y organización del trabajo; la mayor frecuencia de trabajos cooperativos que también podrían extenderse fuera del centro escolar; las relaciones entre iguales más complejas, etc.

Cada etapa educativa conlleva desafíos específicos y comunes a otras etapas, tanto para los estudiantes y sus familias como para los educadores. Pero quería hacer hincapié en la necesidad de incidir en la mayor compresión y apoyo para el estudiantado con necesidades especificas de apoyo educativo en las etapas superiores. Parece que esta concienciación es mayor en Infantil y Primaria pero aún nos queda mucho camino que recorrer en Educación Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional. Una amiga mía autista me decía un día muy preocupada: “Diles, que el autismo no se nos pasa al cumplir los 18 años”. La demanda de mi amiga podríamos adelantarla a unos años antes. El cambio de Primaria a Secundaria y etapas superiores puede resultar abismal para el alumnado más vulnerable, especialmente en algunos centros educativos, y el interés y/o la habilidad de buena parte del profesorado por comprender y apoyar a estos estudiantes, a menudo, es menor. Se necesitan una mayor concienciación, formación y recursos.

Por todo ello, me alegró especialmente que se me propusiera la formación dirigida a profesionales de etapas superiores y comprobar, de primera mano, el gran interés que los participantes demostraron. Un interés no tanto por aspectos relacionados con cómo adaptar un examen o plantear los ejercicios, sino por querer comprender lo que sienten sus estudiantes, saber cómo perciben el mundo, qué les ayuda y hace más felices, así como también qué les preocupa, les hace sufrir o provoca que sus vidas sean aún más complicadas.

No nos olvidemos que no estamos hablando de caridad, estamos hablando de derechos, del derecho de los alumnos y alumnas en el espectro del autismo y otros estudiantes neurodiversos a una educación de calidad en la que se garantice su participación, aprendizaje y bienestar emocional.

Formación específica en Salesianos Santiago el Mayor

Entre octubre de 2024 y enero de 2025, el profesorado de los centros salesianos ha podido participar en la formación impartida por Marlene. Con esta oferta formativa se busca que los equipos docentes y el profesorado que trabaja directamente con este tipo de alumnado adquieran una comprensión completa y profunda de las características del Transtorno del Espectro Autista (TEA) y puedan adquirir estrategias básicas de apoyo educativo e inclusión.

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