En el quinto día del Campobosco 2022 (#CPB22), este 3 de agosto, los 780 jóvenes participantes españoles y portugueses visitaron los lugares más importantes en la vida de María Mazzarello, cofundadora con San Juan Bosco del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora en 1857.
Muy temprano, el Campobosco se desplazó en autocares desde el Colle Don Bosco hasta el pueblo de Mornese, a unos 100 kilómetros de distancia. En el camino, los jóvenes pudieron ver, en sus respectivos autobuses, algunos vídeos que les introdujeron en la vida de la santa salesiana.
Una acogida calurosa
A la llegada a Mornese, el Campobosco se volvió a dividir, un día más, en dos grupos, el A y el B. El grupo A fue acogido por las salesianas en la Valponasca, casa a las afueras de Mornese, en la que Maín vivió en su adolescencia y juventud. Sor Runita Galve, Consejera General para la Pastoral Juvenil de las Hijas de María Auxiliadora (FMA), dirigió unas palabras explicando a los jóvenes el lugar donde se encontraban.
Después de este primer contacto en la Valponasca, hubo un tiempo interior y reuniones por grupos hasta la comida. Muchos de los jóvenes, en un rato de tiempo libre, aprovecharon para fotografiarse en la ventana desde la que Maín rezaba y veía la Iglesia del pueblo cuando no podía asistir a su encuentro diario con el Señor en la misa.
Tras avituallarse y reponer fuerzas, se desplazaron en sus autobuses al pueblo de Mornese, concretamente al barrio de I Mazzarelli, donde se encuentra la casa nativa, la casa de espiritualidad y el templo de María Mazzarello. Allí, los jóvenes fueron acogidos y recibieron el saludo de Sor María Vanda, actual directora del templo, y por un nutrido grupo de salesianas que aplaudían y cantaban a los jóvenes a su entrada al mismo.
La visita en Mornese les llevó a conocer la Casa “Valgelata”, o también llamada la “casa del Tifus”, donde Maín vivió tras haberlo hecho en la Valponasca. Aquí se recuperó de la enfermedad del tifus, tras dos meses convaleciente después de haberse contagiado de la enfermedad en el cuidado de sus tíos. También los participantes visitaron la casa Macano, el lugar donde María Mazzarello fundó el primer taller y el primer oratorio festivo para niñas, así como la casa Bodrato, en la que abrió el primer orfanato femenino. El colegio y la parroquia, donde fue bautizada, fueron otras de las visitas realizadas en la presencia de las salesianas en Mornese.
La importancia de Mornese
A las 6 de la tarde celebraron la eucaristía en el templo de María Mazzarello, misa presidida por Xabier Camino, Delegado de Pastoral Juvenil de la Inspectoría Santiago el Mayor (SSM). En el sermón, Camino les habló de la importancia de Mornese: “‘¡Todos somos Mornese!’ ha sido el lema de la campaña de Pastoral de las Salesianas de España en este curso pasado, invitación para seguir construyendo en nuestras casas salesianas ambientes de alegría, trabajo y oración como lo vivió aquí María Mazzarello”. Instó a los jóvenes a ser peregrinos y no turistas: “En este Campobosco de 2022 no hemos venido a Mornese como turistas, sino como peregrinos que saben mirar con los ojos de Dios y descubrir el valor y la aportación de esta Tierra Santa al carisma salesiano”.
También les habló del momento simbólico que se vive en 2022 con el 150 aniversario de la fundación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora y de la figura de María Mazzarello (Maín), que llegó a ser santa siendo una “mujer extraordinaria desde lo ordinario”, añadió.
Como es tradición en la celebración del Campobosco, se colocó la placa conmemorativa del evento junto a las de otras ediciones en I Mazzarelli.
Dios sigue llamando
El grupo B, por su parte, tuvo la acogida y presentación del día por la mañana en el templo de María Mazzarello, también con el saludo de Sor María Vanda, su directora y de un grupo de salesinas. Posteriormente, celebraron la eucaristía, presidida por Jordi Lleixá, Delegado de Pastoral Juvenil de la Inspectoría María Auxiliadora (SMX). Lleixá centró su homilía en hacer un ejercicio de imaginación. Hizo reflexionar a los jóvenes sobre los días previos en que una joven María Mazzarello y algunas otras jóvenes estaban a punto de dar un paso importante en sus vidas el 5 de agosto de 1872: fundar el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.
Jordi Lleixá motivó a los jóvenes diciéndoles que, al igual que ellas, “dentro de la humildad y pobreza en la que vivían estas jóvenes, Dios llama a quién Él quiere y cómo quiere y hay que aceptar su voluntad”.
Durante la celebración, Nuria y Nines, dos salesianas de la Inspectoría María Auxiliadora de España e integrantes del Equipo 0 de este Campobosco “Atrévete, confía, vive”, renovaron sus votos 25 años después de celebrar sus primeras profesiones, tal día como hoy de 1997.
Tras la misa, realizaron la visita a los lugares más destacados de Mornese hasta la hora de la comida. Ya por la tarde, se desplazaron a la Valponasca para visitarla. Fueron recibidos por Sor Runita Galve, Consejera General para la Pastoral Juvenil de las Hijas de María Auxiliadora (FMA) y, a continuación, un tiempo interior con un tema de reflexión que, más tarde compartieron y pusieron en común, por grupos.
Con la Madre General
Ya, a las 21 horas, un encuentro muy esperado por todos los jóvenes participantes, especialmente por aquellos que provienen de presencias de las Hijas de María Auxiliadora, con la Superiora General de las Salesianas (FMA), Sor Chiara Cazzuola. Ambos grupos del Campobosco se juntaron para este momento de salesianidad con María Mazzarello y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora como referentes.
Sor Chiara dirigió unas sentidas palabras a todos los jóvenes congregados en el patio del colegio de las salesianas en Mornese. Recordó los momentos más destacados de la vida de María Mazzarello. “Al igual que Maín puso su vida en manos de Dios cuando contrajo la enfermedad del tifus, vosotros, jóvenes, poned en manos del Señor todos vuestros proyectos de vida y encontrareis vuestra verdadera vocación, ahora que vivís momentos de toma de decisiones de gran importancia”.
Animó a los participantes del Campobosco 2022 a seguir adelante, sin perder la esperanza, luchando, poniendo fuerza en lograr lo más alto, según palabras del papa Francisco en su reciente viaje a Canadá. Al finalizar sus palabras, dijo a los jóvenes que rezaría por ellos a María Auxiliadora y les animó en su camino. Todos los jóvenes la regalaron una gran ovación.
Antes de concluir el acto con Sor Chiara Cazzuola, los jóvenes la hicieron una serie de preguntas. Una a una fue contestando a las mismas, que trataban sobre la aportación de la espiritualidad salesiana en la Iglesia hoy, a la labor docente o al mayor regalo de ser Madre General, entre otras.
Una hora después, con todo el cansancio de un largo día, el Campobosco 2022 regresó al Colle Don Bosco. Sobre las 12 de la noche, concluyó el día dedicado a la visita a Mornese.
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